La remontada de Paula Vázquez, de vuelta a una TVE en racha: "Apagué la televisión hace 15 años y no la he vuelto a encender"
David Saiz
Paula Vázquez vuelve este miércoles a una TVE que está en racha. Estrena El puente de las mentiras, el nuevo formato que La 1 quiere asentar en su prime time tras el triunfal regreso del Grand Prix. "TVE está haciendo una apuesta valiente, arriesgada, pero muy acertada. Puede ser que estos formatos vuelvan a unir a muchas generaciones de espectadores delante de la tele. Les va a salir muy bien esta jugada", nos explica.
El regreso de Vázquez a la primera línea televisiva recuerda bastante al caso de Ramón García, dos veteranos del medio desaprovechados durante los últimos años que ahora, sin embargo, vuelven a tener protagonismo. "Yo había aceptado que la vida son ciclos. Y yo ya tuve el mío", explica la gallega. En los últimos años, ha alternado periodos de más y menos exposición, pero "siempre he tenido ofertas". A veces ha picoteado en las plataformas (El Puente, Bake Off o Ultimate Beastmaster, con Stallone) y otras en las generalistas, que son las que realmente dan la exposición. "Lo he notado mucho desde que salieron las primeras promos de El puente de las mentiras. Me flipa que TVE sigue siendo el buque insignia después de muchos años. El feedback que estoy recibiendo es maravilloso, aunque me extraña cuando gente con canas me dice que me sigue 'desde pequeña'. Eso me hace sentir muy mayor (Risas)".
El currículum de Paula Vázquez está plagado de formatos de éxito desde que apareció por primera vez en Un, dos, tres, hace más de 30 años. La parodia nacional, El juego del Euromillón, La isla de los famosos, Pekín Express, Fama... Estos dos últimos se emitieron en Cuatro, cuando todavía no pertenecía a Mediaset. Después, algo cambió.
"Cuando Vasile compró Cuatro, yo era líder en Pekín Express y Fama, pero me invitaron a irme de ambos formatos para ofrecerme Supervivientes, en Telecinco, con Jorge Javier, y yo rechacé esa posibilidad porque no era lo que quería hacer", rememora. "A partir de ahí no sé qué viene antes: una campaña de desprestigio, que la hubo, o la depresión", explica. "Durante tres años estuve con tratamiento psiquiátrico. Me di cuenta de que había estado demasiado pendiente de la parte profesional y no de la personal". A Paula se le juntaron en aquella época "varias cosas". "Murieron mis dos abuelas en un plazo de tres meses, coincide con la época en la que me invitan a irme de la tele y pasan algunas cosas más en mi vida privada que hace que me quede noqueada. La vida me da varias hostias juntas de golpe y mi cerebro no supo asimilar, aunque yo tiraba para adelante. Parecía que iba bien, pero no".
La presentadora explica que decidió "parar" y dedicarse a "ella misma". "Fue un acierto", confirma, aunque admite que "fue un camino jodido, porque hay momentos en los que no ves la luz". "Es un proceso en el que tienes que confiar y dejarte ayudar. Es caro, y es injusto que sea caro. A día de hoy, y han pasado unos 15 años, sigo yendo a terapia. El tratamiento psiquiátrico duró un tiempo, pero el psicológico lo decidí alargar".
La "vendetta" de Vasile: "Me hizo la cruz"
Sobre aquella salida de Mediaset, Vázquez recuerda que lo vivió como "un shock". "No me lo esperaba. Fue de la noche a la mañana, pero eso pasa en todas las empresas. A veces no gustas por cómo piensas o cómo eres y prescinden de ti. Lo comprendo, es una tele privada". Paula Vázquez explica que "no era la primera vez" que rechazaba un programa, y eso no le había supuesto ningún problema para seguir trabajando durante 30 años. "En realidad es solo una persona. He dicho que no a muchas cosas y me han seguido ofreciendo cosas las cadenas y productora". Paula Vázquez se refiere a Vasile. "Sí, claramente. Él tiene claro sus estándares y entiendo que a él le dolió que yo me fuese a Antena 3 a hacer La isla de los famosos y creo que a partir de ahí me hizo una cruz y ya está. No tiene que ver con decir que no. Tiene que ver con una vendetta absoluta", cuenta.
Que haya vivido capítulos difíciles no quiere decir que la visión de Paula Vázquez sobre la televisión sea mala, aunque su relación con este medio sí ha cambiado. "Apagué la televisión hace 15 años y no la he vuelto a encender. No veo la tele, está mal que lo diga. Las cosas que me interesan las veo en el móvil o a la carta", manifiesta. "Hace siete años mi hermano me regaló una tele y le dije: ¿Para qué? Si no la enciendo". Eso sí, la presentadora deja claro que el problema no fue la televisión en sí, sino su dedicación absoluta a un oficio que podría haber sido otro, con las mismas consecuencias. "Si hubiese sido otra profesión, dedicando el mismo tiempo, hubiese acabado igual. La tele no ha sido el problema, porque me ha dado más satisfacciones que amarguras. Fue el ritmo que me impuse. No sabía vivir. La vida era irme a un plató... y allí no hay ventanas. Entras de noche y sales de noche. Era muy feliz allí, pero eso no era real. Me di cuenta de que la vida real me daba mucho miedo, no sabía enfrentarme a cosas...", cuenta. Durante años viví en un mundo irreal, maravilloso, pero irreal, porque todo estaba en un guion". "No he vuelto a encender la tele porque la vida real me parece el mejor reality que se puede vivir", añade.
En este resurgir de Paula Vázquez, la presentadora estrena esta noche El puente de las mentiras (22.35 en La 1) y abre un nuevo camino para encadenarlo con nuevos proyectos que alarguen (todavía más) su extensa carrera. "Siempre he pedido que me ofrezcan cosas nuevas, algo que me ponga cachonda porque no lo haya visto nadie. Y creo que eso se cumple con El puente de las mentiras". Si pudiera pedir, de cara al futuro, la comunicadora desea presentar un programa que le permita "volver a viajar", "trabajar con Marc Giró" o presentar un "late night": "Para cualquier mujer -solo hemos tenido a Eva Hache- ese sería el bien más preciado".