Descomunal batacazo de Cristina Tárrega: La vida sin filtros se estrella con un 7,6% de audiencia
Martín Alegre
Decía Cristina Tárrega que se siente muy cómoda en la nueva Mediaset pero la segunda entrega de su programa, La vida sin filtros, se desangra y este sábado reunió a solo 610.000 espectadores, un dato patético, que sitúa el espacio en un pobre 7,6% de cuota de pantalla, bajando aún más el dato del día que se estrenó, cuando marcó ya un gris 10% de share que les llevó a ser tercera opción, si bien supuso una mejora respecto del desastre de audiencia de Bertín Osborne, el espacio al que sustituía.
El programa quiso llamar la atención con los conflictos vecinales mientras que en la primera entrega se centró en el incesto: dos hermanos que han tenido dos hijos mostraron su amor y su enfado por no poder casarse. Las críticas en redes hablan tanto de la "escasa calidad del contenido" como de la labor de Tárrega, algo desubicada. Pero el tirón de orejas es extensible a los responsables de contenidos de Telecinco, incapaces de programar un especial sobre la boda de Tamara Falcó, cuando la fecha estaba prevista desde hace meses. Sin duda, en tiempos de Paolo Vasile hubiéramos tenido ese especial.
Ya antes del estreno de lo nuevo de Tárrega, cuyo espacio está producido por Unicorn Content, la empresa de su amiga Ana Rosa Quintana, un run run apuntaba dudas de Mediaset y nos cuentan que en el equipo técnico del programa ya advertían que lo que se había grabado no tenía "un pase" ni aunque lo presentara Tárrega.
Tárrega comanche
La única razón, con estos datos, de que Tárrega cuente con más oportunidades es que Mediaset no tenga otra cosa para sustituirla. Otra cosa es que, como ocurrió tras los repetidos desastres de audiencia de Bertín Osborne, antes de suspender las emisiones del programa los responsables de organizar la rejilla reubiquen el formato en otro día de la semana o lo retrasen al late night.
No es garante de éxito Cristina Tárrega. El programa de llamadas Sola en la ciudad, emitido hace un cuarto de siglo, es quizá el único triunfo como presentadora de la valenciana, que cumple 56 años en un mes. Posteriormente, intentó adaptar la fórmula contra Crónicas Marcianas en Antena 3, pero naufragó en su intento. Posteriormente, lideró Territorio Comanche durante seis años en la Telemadrid de Esperanza Aguirre. Aquel proyecto, carne de zapping, enfadó a algunos trabajadores de la autonómica.
En la plataforma Salvemos Telemadrid se hacían cruces: "La empresa productora que hace este programa cobra 8.500 euros por programa, a una media de dos a la semana nos salen 68.000 euros al mes. No sabemos qué parte se llevará Cristina Tárrega pero seguro que la parte del león. Con unas audiencias de un 3,6% desde el principio de temporada y 19.400 espectadores de media, no se sostiene su presencia ni su contratación en esta cadena".
En el ERE ilegal ejecutado en plena crisis los sindicatos empapelaron las instalaciones de Telemadrid con la cara de Tárrega, que iba acompañada del siguiente texto: "Medio millón de euros anuales cuesta a los madrileños el programa, de escasa audiencia y ningún interés público, que presenta. Los trabajadores de Telemadrid no tenemos la culpa".
Tárrega se embolsó alrededor de millón y medio de euros durante las seis temporadas y en 2020 intentó resucitar la fórmula con el fallido Animales nocturnos, que duró poco más de un mes en Telecinco.
Cena con Alessandro Salem, Mami Quevedos y mucha gente de Mediaset
Cristina Tárrega tiene una debilidad: no soporta que digan que lo suyo con Mami Quevedo está roto. La verdad es que hace algo más de un mes la vimos cenando con çel en una velada junto a gente de la productora de Ana Rosa y de Mediaset, incluyendo a Alessandro Salem. La presentadora se fajó en levantar teléfonos en 2017 para sofocar el fuego provocado por Eva Armenteros, con quien algunos medios se atrevieron a decir que el ex futbolista se había liado
Armenteros rompió su matrimonio con el ex chico AR, Óscar Martínez, cariacontecido tras tener que bailar en un reality de Antena 3 con la propia Armenteros poco después del 'incidente' tantas veces negado por Tárrega, que organizaba esas cenas a cuatro que, dicen las malas lenguas, tan caras le salieron.
En 2019 fue Carlos Ferrando el que soltó la bomba en Sálvame: "Cristina va a tener que dar una noticia personal dentro de muy pronto. En su relación hay muchas cosas más que amor. Uno de los dos (por Mami) ha rehecho su vida y hay material circulando".
A la influencer le faltó tiempo para llamar a David Valldeperas, que explicó la versión de su compañera de cadena: "Dice que es falso, que su marido está en casa y que va a emprender medidas legales contra todos aquellos que digan eso". No sería la primera vez que Tárrega acudiera los tribunales por asuntos de honor, ya que el paparazzo Diego Arrabal fue condenado a pagarle 40.000 euros por decir que estuvo liada con Jesulín de Ubrique.
El propio Quevedo también negó la ruptura: "Nada es cierto. Sigo con Cristina". Y seguía a pesar de que su fichaje por un club chino para ejercer de segundo entrenador disparó los rumores de ruptura matrimonial. Tárrega, en sus trece, decía que no podía dejar España porque el hijo común, menor entonces, quería seguir estudiando en su colegio.
Hace días, decía que le gustaría entrevistar a Quevedo. "Es una persona muy introvertida y cuando era futbolista no me dejó entrevistarlo. Ni cuando éramos novios ni antes. Es algo que me enerva. Me dijo 'nunca te daré una entrevista'. Y, claro, me enamoré", aseguraba en El Mundo.
Tárrega también se tuvo que tragar otro sapo familiar tras conocerse que ayudó a que su amiga Isabel Pantoja contratase como ama de llaves de Cantora a su nuera Nieves Quevedo, con la que ya no se habla. La hermanísima ya había sido noticia en 2009 por robar joyas junto a su madre "por necesidad económica", declaró tras dormir en el calabozo. Tárrega convenció a Pantoja para que reapareciera en su día como imagen de Sesderma, las cremas que pagan a Tárrega para que publicite su calidad.
Obsesionada con la prensa, las redes y la imagen
De todos es conocida la obsesión de la amiga de Ana Rosa por la imagen. La valenciana no soporta bien las críticas, no se lleva bien con las redes y sus retoques digitales son célebres desde que tuvo que retirar una fotografía junto a Patricia Pardo en la que 'se pasó' con los filtros.
Pardo tuvo que salir al quite: "A ver, señores. Mi pobre Cristina Tárrega ha subido sin darse cuenta una foto de prueba. Estábamos jugando, probando y riéndonos con una aplicación y yo misma le estaba explicando cómo funcionaba ese filtro. Esta que veis es la foto original. Ahora, que levante la mano quien no haya usado un filtro para salir más favorecido, por favor. Lo único importante para mí de esa foto y de esa tarde, es la complicidad, el cariño y el buen rollo que transmite. Esa amistad y confianza no hay filtro que la camufle".
Acoso de una jefa
La autora del libro 10 kilos menos. Los secretos de mis dietas (que tanto dio que hablar por su título) ha reconocido que no llevaba bien el papel sexy que ella misma estimulaba: "Iba a los casting y me veían rubia y pechugona y me decían '¿dónde vas?'. Aún hoy voy comprando sujetadores reductores. La única operación que me he hecho es una reducción mamaria. He intentado siempre ocultar estos atributos porque era muy exuberante y me cerraba muchas puertas. Lo llevé fatal".
También pasó muy malos momentos cuando fue acosada por una jefa, tal y como ha relatado: "Aún tengo pesadillas con lo ocurrido y me despierto sobresaltada. Llegué joven a Madrid y tuve la mala suerte de que una mujer me enfilara, era una especie de amor-odio y me empezó a hacer la vida imposible. Ella, que era mi superior, me pedía que comiera con ella, que cenara con ella, y luego me acosaba a otros niveles".
Cantante, locutora de radiofórmula, chica Hermida, contertulia de Crónicas Marcianas o Sálvame, influencer, empresaria, musa de Torrente: sobre la peculiar e inmensa versatilidad de Cristina mucho se ha escrito, entre otras cosas, que se estimulaba los pezones antes de entrar en directo para marcarlos y seducir a la audiencia.
Esto es absolutamente cierto, como se pudo comprobar hace décadas, cuando una revista filtró las imágenes del momento en el que un trabajador de Telemadrid los tocaba para que se notaran tras una camisa de seda verde clara.
Fue cuando tuvo su primera gran oportunidad en solitario, en la cadena autonómica Telemadrid. Ya había brillado en un programa de toros de Canal Plus y con Raffaella Carrà. Pero Sola en la ciudad, como muchos recordarán, era un late night intimista, perfecto para la valenciana que, a sus 31 años, ya exhibía su peculiar forma, de presentar, "voluptuosa y atrevida", dice Wikipedia.
Este primer gran hit de Tárrega, que tendría nuevas versiones en el futuro en la autonómica (Territorio comanche) y en otras cadenas, coincidió con la época dorada de Telemadrid. Tras la llegada de Alberto Ruiz-Gallardón a la presidencia de la Comunidad en 1995, Juan Ruiz de Gauna asumió la presidencia y se emitieron entre otros éxitos programas como Hablando con Gemma (Gemma Nierga, 1996), Con T de tarde (Terelu Campos, 1997) o el divertidísimo Mamma Mía (con Víctor Sandoval y Francine Gálvez, 1999).
También por entonces llegó Tómbola, producido por el ex marido de Nieves Herrero para la valenciana Canal Nou, que sería muy criticado pero arrasaba con las audiencias hasta su retirada en 2001. El colofón diario a este batallón de espacios era ese Sola en la ciudad, que se mantendría hasta 1999, año en que Tárrega fichó por Antena 3 para un formato similar.
Fue durante la emisión de Sola en la ciudad, a finales del siglo pasado, cuando Cristina Tárrega vivió tal vez su momento más fresco y creativo. Una de las anécdotas más divertidas de las muchas que nos proporcionó la presentadora valenciana fue el asunto de los pezones y el regidor. Tal vez Tárrega no tuviera las piernas de Tina Turner, pero sí un tono de voz áspero, sensual y maravillosamente cazallero que provocaba reacciones ardientes en algunos televidentes. La estética que el programa ofrecía 'de serie' solía incluir la imagen de Tárrega con escotes atrevidos, y hubo quien dijo que su dueña sacó partido de ellos. ¿Por qué no iba a hacerlo si se sentía cómoda?
Recordemos que se trataba de un espacio que se programaba pasada la medianoche. Avispados espectadores se dieron cuenta de que, a menudo, los pezones de la protagonista, vestida a veces con camisas de raso, permanecían enhiestos. Y no solo porque hiciera frío en el estudio (que lo hacía) sino porque Cristina se inventó una trampa deliciosa, tal y como nos confirman trabajadores que entonces compartían con ella plato y grabaciones. Utilizaba un truco que fue difundido en algún medio, y que ofreció pruebas gráficas irrefutables de la práctica.
Aquello causó una tremenda conmoción. Un regidor, con escrupulosa profesionalidad digna de elogio, estimulaba con tacto y cuidado los pezones de la presentadora antes de que se iniciara el programa. Otro sistema que utilizaban las playmates para conseguir un efecto similar era la aplicación de hielitos. El fotógrafo llevaba un ayudante para estos menesteres, pero no existía roce físico. En el caso de Cristina se le hubiera arruinado la blusa de satén con la humedad. Las fotos que recuperamos fueron difundidas en su día por más de una revista y causaron un cierto debate social, precedente de los memes de hoy en día. También tenemos el vídeo pero de momento no vamos subirlo porque con una imagen basta para ilustrar el asunto. Hubo incluso quien estableció paralelismos con otros famosos televisivos y se preguntaba qué habría pasado si otro presentador hubiera recurrido al mismo sistema para realzar lo que ocultaban ajustados pantalones vaqueros.
La cuestión es que los pechos de Cristina Tárrega fueron tema de comentario permanente desde entonces. Memorables fueron las imitaciones del gran Florentino Fernández, quién años más tarde en El informal, la tomó con el personaje de Cristina. Con la ayuda de unas enormes bolas de goma espuma pegadas a un corsé gigantesco simulaba unos pechos tan grandes que la propia Cristina le echó la culpa de la reducción de senos a la que sometió. Medio en serio medio en broma declaró: "Creo que Florentino se puso excesivo pecho para imitarme, y eso a mí me creó un trauma y tuve, que quitármelo". Flo, a quien Cristina llamaba gordo un día sí y al otro también cuando era interpelada por los reporteros de Telecinco, acrecentó su fama gracias a la imitación que hizo de la presentadora, pero, ¿quién se acuerda del pobre regidor y su maravillosa psicomotricidad digital?. Es justo rendir un homenaje a este sufrido trabajador.