Televisión

Fiesta en casa de Ana Rosa con Alessandro Salem el día que cierra Sálvame: ausencias y lágrimas


    Sara Tejada

    El terremoto que supone la muerte de Sálvame y los movimientos en Mediaset y sus productoras (hasta ahora amigas) dan para un culebrón que proporcionaría sin duda mejores audiencias que ese que han estrenado hace poco en la cadena de Fuencarral titulado curiosamente Mía es la venganza y que, de momento, vaga por la parrilla por debajo del 8% y de los 800.000 espectadores.

    Las traiciones son un diamante para los argumentos de las telenovelas y cuanto más crueles son más morbo despiertan. La situación en Mediaset es incierta y los nervios están a flor de piel. Saltan del barco algunos de los colaboradores de Ana Rosa a cambio de la seguridad de un contrato de exclusividad en Atresmedia, que juega sus armas y pone tantos palos en las ruedas como puede (lógicamente), pero también porque ven solidez y un proyecto claro frente muchos interrogantes ante el futuro de Mediaset.

    La decisión de sacrificar Sálvame y remodelar la parrilla, la coyuntura prelectoral en España, la muerte de Berlusconi y la incógnita del reparto de su legado empresarial, y la sigilosa pero muy relevante fusión con Italia para crear Media For Europe en Holanda, son demasiadas variables, demasiadas incógnitas como para confiar en esa casa.

    En los Informativos tampoco están tranquilos. Se ha filtrado, aunque no confirmado, que Alessandro Salem le puso un cheque en blanco a Vicente Vallés y que le dijo que no. Pedro Piqueras, a sus 68 años, no parece que vaya a resistir mucho y Juan Pedro Valentín en realidad está dirigiendo Nius.

    Los nervios se extienden a las productoras, con la parrilla colonizada por las distintas ramas de Banijay y Unicorn Content. La Fábrica de la tele está defenestrada, Bulldog pierde Supervivientes y la Mandarina de Santi Botello y Pedro Revaldería no acaba de recuperar la tracción de antaño. Ni siquiera en Unicorn, la triunfadora de todo este batiburrillo, se respira tranquilidad. 

    Fuentes de la productora de Ana Rosa minimizan la importancia de las últimas salidas y atribuyen los abandonos a un fenómeno que viene ocurriendo en cada cambio de temporada, poniendo de relieve que son muchos más los colaboradores que permanecen que los que salen. Pero la estética de los hechos es la que es. No tienen a lo mejor una gran importancia las salidas de Beatriz Cortázar, Cruz Morcillo y Paloma García Pelayo, todas adelantadas por Informalia en primicia, y que estas periodistas acepten un contrato de exclusividad de Antena 3. Pero la simbología de estos movimientos da que pensar.

    Fuentes cercanas a las "traidoras" cuentan la película de otra manera, más bien como una tragedia shakesperiana a a lo Julio César. No sabemos si Ana Rosa les dijo aquello de "Et tu, Brute?" a las desertoras pero sí hemos oído a más de una persona hablar de lágrimas o de gritos en los despachos. 

    Sí podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Beatriz Cortázar, Cruz Morcillo y Paloma García Pelayo no estarán este viernes por la noche en casa de Ana Rosa, que da una copa para sus colaboradores y ha invitado a algunos directivos de Mediaset, incluido Alessandro Salem. Todos los años celebra a estas alturas un evento así, pero éste nos da más morbo porque, además del santo del marido de Ana Rosa, es el 70 cumpleaños de Paolo Vasile y el día del entierro de Sálvame, que arderá en la hoguera. ¡Vaya nochecita!