Jorge Javier y los amotinados de Sálvame se chotean de Ana Rosa y de Borja Prado: llega Telecirco
Sara Tejada
Lo que está pasando en Telecirco desde que la cadena confirmó la cancelación de Sálvame que adelantábamos hace una semana y la llegada de Ana Rosa Quintana a las tardes a la vuelta del verano es insólito y extraordinariamente divertido.
Jorge Javier Vázquez, Belén Esteban, Patiño, Terelu y toda la troupe utilizan el programa cada día para ciscarse en Mediaset, o sea, en su presidente, el consejero delegado y por supuesto en Ana Rosa Quintana y su estilo, supuestamente blanco. El cachondeo y la burla alimentan ahora el contenido que observamos los espectadores, ojipláticos al ver cómo se chotean sin disimulo de la decisión de la empresa de acabar con la telebasura.
Los productores de La Fábrica de la tele, inexplicablemente, están llevando a cabo sin control aparente por parte de Borja Prado y la cúpula del gigante audiovisual una venganza contra sus verdugos y contra la presentadora que a la vuelta del verano invadirá su horario.
Vemos a Belén Esteban verbalizar (perdón por utilizar su expresión) que se caga (sic) en Mediaset ("Para lo que me queda en el convento me cago dentro"), a Jorge Javier vendiendo el plató colgando el cartel de Se traspasa, a María Patiño, Terelu Campos y sus compañeros partiéndose la caja imitando el supuesto buenismo de El Programa de AR y su corrillo montando un Sálvame Algodón de azúcar, imitando el tono de las mañanas y diciendo que ellos lo hacen para que no les llamen "Telebasura", la palabra que se usó al anunciar que fulminaban el formato por indicación de la propia cadena.
Lo hacen con el sarcasmo por bandera, con Lydia Lozano y los demás colaboradores contándole a un señor sus currículums para que les ayude a encontrar trabajo. Lo mejor, como decíamos, es la referencia a que quieren dejar de hacer "telebasura", la palabra maldita que desde la mismísima dirección de Comunicación de la cotizada eligieron para que titulara con ella el periódico al que filtraron la bomba del final de Sálvame.
La paradoja es que el espectáculo resultante nos cautiva porque el humor ha vuelto, son el Sálvame de siempre, el de antes de Rociíto, la polarización y los nervios: y la audiencia aumenta. De seguir esta línea ascendente, y si nadie lo para, vemos venir que en las seis semanas que quedan de programa se fortalece su audiencia: han superado el 15 y este jueves hicieron un 13% con el "blanqueo". Para cuando llegue la intensa de Sandra Barneda y su programa de verano se puede quedar varios puntos por debajo de lo que está marcando ahora Sálvame Naranja, dejando un erial de espectadores, huidos hacia otras opciones y colocando a Ana Rosa a su vuelta en una situación aún más complicada que la que tienen.
Ana Rosa se ha ido de su programa sin decir por qué y hasta nuevo aviso. La falta de explicaciones ha disparado los rumores y en la selva de las Redes encontramos tesoros del humor que siguen el tono divertido adoptado en Sálvame, donde se ríen de todos, pero sobre todo de ellos mismos.
Las especulaciones son muchas y variadas: desde que Ana Rosa necesita un parón por culpa de la salud a que quiere reflexionar para pensar, pero también que se ha enfadado porque la cadena permite a los payasos de la tarde que hagan circo con ella.
Fuentes de la productora nos dicen sin embargo que serán "dos o tres días" para organizar algunas cosas y que este lunes recoge la Medalla que le entrega el Ayuntamiento de Madrid. Este jueves por la tarde la vimos en Las Ventas y, mientras sus compañeros de Sálvame se reían de ella o de sus corrillos de corazón educado abiertamente, estrechaba en la plaza la mano de Ortega Cano, uno de los vetados por su cadena, aquel que le dijo lo del "semen de fuerza" en una entrevista para la historia.
Por qué no cortan la cabeza a los amotinados
Pero, volviendo a cómo es posible que desde la propia cadena se emitan semejantes burlas hacia las decisiones de los jefes, sin que les corten la cabeza a los amotinados, nos cuentan que los mandamases no saben qué hacer: no pueden despedir a quienes se rebelan porque eso ya lo han hecho; y no tienen nada que poner si aceleran el adiós del programa. De hecho, han retrasado el final porque, según fuentes del sector, Quarzo ha pedido una semana más de lo previsto para poner en marcha el magacín verpertino de Sandra Barneda porque no llegaban.
"Esto con Paolo no hubiera pasado", nos dice una persona que lleva muchos años trabajando en Mediaset. El comentario llega como respuesta a nuestra pregunta: ¿Cómo es posible que desde la dirección de Mediaset permitan que se emita semejante mofa de los jefes de la cadena y de Ana Rosa Quintana?
"Vasile habría bajado al plató y habría desenchufado las cámaras", ante semejante desobediencia, continúa nuestra fuente. "Pero Alessandro Salem no baja a los platós, Borja no les pone cara ni a los presentadores de Informativos y Manolo Villanueva no va a pararles", nos explica. "La clave está en Massimo Musolino", nos aclaran. El otro consejero delegado lleva contando las monedas de Berlusconi en España desde 1995. Ha visto pasar a Maurizio Carlotti, Paolo Vasile y ahora observa a Alessandro Salem y Borja Prado, empeñado en objetivos distintos que los que persigue Musolino, es decir, ganar dinero. Al ex presidente de Endesa le buscan en columnas y confidenciales motivaciones distintas a las de mejorar la cuenta de resultados de la empresa, como por ejemplo, virar ideológicamente hacia la derecha, para hacerse con la cadena Ser una vez derribado el gobierno de Pedro Sánchez. De ser cierto, en Prisa le obligarían a comprar en el paquete El País y, de paso, una deuda complicada de asumir. No es una operación sencilla ni aunque le ayudaran desde la nueva Moncloa.
Pero el volantazo político del que hablan no parece ser hacia una derecha al estilo Feijóo. Estaríamos más bien caminando hacia el ayusismo, con el gran Miguel Ángel Rodríguez pilotando la operación. No olvidemos que Borja Prado fichó para gestionar su estrategia de comunicación a la ex directora de Medios de la Comunidad de Madrid y que Salem ha colocado a Ana Rosa Quintana, tan cerca de la presidenta de la CAM que Unicorn, su productora, le factura millones de euros para Telemadrid y le entregan medallas de manera compulsiva. Lo de irse a los toros a ver a Morante (¡lástima de toros flojos!) es pura anécdota. Por cierto, en la cadena hay voces que preguntan sobre la idoneidad de entregar toda la mañana y toda la tarde a las misma productora.
Se habla hasta de la jubilación de Pedro Piqueras, que cumplió 68 años el pasado 6 de mayo (es unos meses mayor que Ana Rosa) y la búsqueda de periodistas menos "sociatas".
Este lunes, tal y como habíamos avanzado, Mediaset hizo oficial el final de Sálvame y la llegada de Ana Rosa Quintana para blanquear las tardes de Telecinco. Desde entonces, en el programa de Jorge Javier han estado choteándose del drama que les supone quedarse sin trabajo convirtiendo la noticia de su marcha en el motor de sus bromas y haciendo burla de la decisión de sus jefes, que no pueden hacer nada mientras se cachondean de ellos en su propia casa.
En el horizonte, un verano complicado, con Sandra Barneda de conejillo de indias, una Ana Rosa que se ha cogido unos días porque tenía "mucha plancha", un otoño incierto y preelectoral, y unos jefes de los que nos estamos riendo a carcajadas gracias a las burlas que hacen de ellos los mismos guiñoles a los que firman sus cheques, aunque sea por poco tiempo. Jorge Javier y sus secuaces, para colmo, elevan día a día la audiencia del programa con estos números tan divertidos: ¿Quién no ha soñado con reírse de sus jefes en toda su cara y en el salón de su casa?