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María Luisa Lázaro, viuda del expresidente de Aragón, llora su muerte: Javier Lambán tenía 67 años
- El socialista luchó durante años contra la esclerosis múltiple y distintos tipos de cáncer
Informalia
La política española y muy especialmente la aragonesa se visten de luto tras el fallecimiento de Javier Lambán, expresidente del Gobierno de Aragón, a los 67 años. Su esposa, María Luisa Lázaro, y su hija, Teresa, afrontan con profundo dolor la pérdida del que fue un marido y padre entregado, tanto a su familia como a la defensa de Aragón y de los valores clásicos del socialismo. Fue una de las figuras más influyentes de la política aragonesa en las últimas décadas. Natural de Ejea de los Caballeros, donde nació en 1957, afrontó la enfermedad con la misma determinación con la que ejerció su vida pública: sin renunciar a sus convicciones y defendiendo hasta el final el proyecto de Aragón en el que siempre creyó.
Lambán falleció tras no poder superar una larga y dura batalla contra varias enfermedades. Luchó durante años contra la esclerosis múltiple y distintos tipos de cáncer, peleando incluso desde el despacho presidencial del Gobierno aragonés. Hasta sus últimos días, combinó las visitas a oncología con su firme empeño por mantener vivo el PSOE que lo conquistó en su juventud, tras un episodio que siempre recordaba con ironía: su intento, en 1976, de boicotear un mitin de Felipe González, el líder que acabaría idolatrando.
Defensor a ultranza de Aragón y crítico declarado con Pedro Sánchez y sus pactos con los independentistas, Lambán no dudó en pedir en varias ocasiones la dimisión del presidente del Gobierno y la convocatoria de elecciones. Su carrera política comenzó en su localidad natal, Ejea de los Caballeros, de la que siempre se mostró orgulloso. Desde ahí ascendió hasta liderar la Diputación de Zaragoza en plena crisis de 2008 y, tras la marcha de Marcelino Iglesias, asumió las riendas del socialismo aragonés.
En 2015 logró la presidencia de Aragón formando Gobierno con Chunta Aragonesista y Podemos, liderado entonces en la región por Pablo Echenique. Su segunda legislatura estuvo marcada por su habilidad para unir sensibilidades políticas muy distintas: formó un cuatripartito con Chunta, Podemos y el Partido Aragonés, con la promesa de avanzar hacia un Aragón "verde, social y digital" y con una "voz propia" ante Madrid.
Pero pocos meses después de iniciar ese segundo mandato, la pandemia de Covid-19 golpeó con fuerza. "Aquello cayó como un bombazo absoluto. La legislatura, desde el punto de vista del cumplimiento del programa electoral, se fue directamente al traste", reconocía en marzo pasado. Aun así, su gestión impulsó la economía aragonesa, con avances en logística, agroalimentación, energías renovables e innovación tecnológica, como la llegada de los primeros centros de datos de Amazon Web Services.
No todo fueron aciertos: los frustrados Juegos Olímpicos de Invierno abrieron un nuevo frente con el Gobierno central y su advertencia sobre la falta de profesionales sanitarios llegó demasiado tarde para evitar la crisis. Tras perder las elecciones ante Jorge Azcón, dejó la primera línea política, pero siguió activo en el debate público y fiel a sus ideas.
Su voz, clara y reconocible, se convirtió en símbolo de una forma de entender la política marcada por la cercanía y la defensa de la identidad aragonesa. Al frente del Gobierno de Aragón entre 2015 y 2023, consolidó su papel como uno de los grandes referentes del socialismo en la comunidad. Antes de llegar a la presidencia, Lambán ya había ocupado distintos cargos en las instituciones y en el Partido Socialista, siendo una presencia constante en la vida política regional.
Para su familia, Javier Lambán fue un referente político pero ante todo un pilar personal. Su esposa, María Luisa Lázaro, y su hija, Teresa, han recibido innumerables muestras de cariño en estas horas de despedida. "Se ha ido un político honrado y honesto, un hombre de pueblo que siempre puso a Aragón por delante de todo", afirman sus allegados. Lambán fue un hombre profundamente familiar. Su relación con María Luisa Lázaro Bermejo, con quien contrajo matrimonio en 1986, fue su principal apoyo personal. Ella estuvo a su lado tanto en la vida privada como en actos oficiales, y en numerosas ocasiones expresó en redes sociales su orgullo por el trabajo político de su esposo, al que definía como un ejemplo de integridad y dedicación.
De esa unión nació su única hija, Teresa, que ha desarrollado su carrera en la medicina y ha optado por un perfil discreto. Madre de dos niñas, fue mencionada en varias ocasiones por Lambán en declaraciones públicas, mostrando el afecto y la importancia que tenía para él. De hecho, en agosto de 2023, el expresidente compartió que celebraban su cumpleaños en una reunión familiar en Vinaroz, un detalle que reflejaba la relevancia de esos encuentros íntimos en su vida cotidiana.
La llegada de sus nietas, Vera en 2019 y Ara en 2022, marcó una nueva etapa personal. El propio Lambán comentaba con ternura que ambas se habían convertido en el centro de las reuniones familiares. A Ara, en particular, la describió como "aragonesa, turolense y andorrana", destacando la conexión con el territorio que tanto defendía también en la política. Hoy, en medio del duelo, Aragón despide a uno de sus grandes dirigentes y a una de las voces más firmes contra el 'sanchismo' desde dentro del PSOE. Como él solía decir, que la tierra le sea leve.