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Por qué el Caso Epstein (sí, el del príncipe Andrés de Inglaterra) enfrenta a Trump con Elon Musk y parte de sus propios partidarios

Elon Musk también ha decidido intervenir

Informalia

Donald Trump nunca había visto a su base política tan dividida. El presidente de EEUU atraviesa una de las crisis más inesperadas de su segundo mandato: el caso Epstein ha vuelto al centro del debate público y ha generado un conflicto interno que amenaza con desgarrar el corazón mismo del partido Republicano.

La decisión del Departamento de Justicia, liderado por la fiscal general Pam Bondi, de dar carpetazo definitivo al expediente Epstein ha provocado un verdadero terremoto entre los seguidores de Trump. Para el entorno del marido de Melania, el cierre del caso no es solo un asunto judicial, sino un polvorín político que puede costarle las elecciones de medio mandato al partido Republicano e incluso dañar irreversiblemente el liderazgo de Trump en la derecha populista. Jeffrey Epstein, el financiero acusado de tráfico sexual de menores y hallado muerto en su celda en 2019, siempre ha sido un símbolo en los círculos conspirativos de la extrema derecha. Durante años, comentaristas, activistas y políticos vinculados al trumpismo prometieron que con el regreso de Trump a la Casa Blanca se produciría la apertura total de los archivos Epstein. Se trataba, decían, de una lista de nombres de poderosos, entre ellos, el príncipe Andrés de Inglaterra, que habían participado en fiestas privadas organizadas por Epstein y su entorno. Trump alimentó esa narrativa durante su primer mandato y en los años siguientes. Sin embargo, ahora, tras la publicación de un memorando oficial que asegura que "no existen listas de clientes ni documentación adicional de interés penal", la decepción es absoluta.

Elon Musk también ha decidido intervenir

Desde su cuenta en X (antes Twitter), criticó a Trump por mencionar a Epstein "media docena de veces mientras pide que dejemos de hablar de Epstein". "Si hay papeles, publíquenlos", escribió Musk. Incluso lanzó una bomba adicional: "Bannon está en los papeles de Epstein". La tensión no parece que vaya a desaparecer pronto. Cada día surgen nuevos rumores en los canales conspirativos de la ultraderecha. Muchos activistas siguen convencidos de que el cierre del caso no es definitivo, sino una jugada táctica para proteger a ciertos aliados. Otros, más desencantados, creen que Trump ha claudicado ante el "estado profundo" que tantas veces prometió combatir. En este clima, el movimiento MAGA está al borde de una fractura. Trump, acostumbrado a lidiar con escándalos externos, ahora enfrenta una crisis en su propio campo. Y todo, por un caso judicial cuya sombra parece alargarse indefinidamente: el caso Epstein, ese que nunca termina de morir. El presidente ha reaccionado como suele hacerlo: atacando. En un largo y caótico mensaje en Truth Social, su red social favorita, Trump defiende a la fiscal general Bondi y acusa a la izquierda radical de manipular la situación. "Van tras Pam Bondi, que está haciendo un TRABAJO FANTÁSTICO", escribe. "Estamos en el mismo equipo, MAGA, y no me gusta lo que está pasando. La Administración Trump es la envidia del mundo, y un puñado de egoístas intenta destruirla por un tipo que nunca muere, Jeffrey Epstein".

Los sectores más radicales del movimiento MAGA se sienten traicionados

Lejos de calmar las aguas, el mensaje ha avivado el fuego. Los sectores más radicales del movimiento MAGA se sienten traicionados. "¿Cómo es posible que con Trump en el poder y con gente suya al frente del FBI y del Departamento de Justicia nos digan ahora que no hay lista?", se preguntan en podcasts, foros y canales de Telegram dedicados al trumpismo más extremo.

Donald Trump fue fotografiado en varias fiestas con Jeffrey Epstein en la década de 1990 y principios de la década de 2000. Aquí, con Melania, Jeffrey Epstein y Ghsilaine Maxwell.

Steve Bannon, uno de los ideólogos clave de la derecha trumpista advirtió abiertamente de las consecuencias. "Esto no es solo sobre Epstein o sobre una red de pedofilia. Es sobre quién nos gobierna", declaró en un acto en Florida. "Si seguimos por este camino, vamos a perder un 10% del movimiento MAGA. Eso significa perder la Cámara, el Senado y la Presidencia. Están desanimando a los patriotas más comprometidos". Bannon no está solo en su advertencia. Otros pesos pesados del universo MAGA, como Tucker Carlson, Alex Jones, Laura Loomer o Benny Johnson, también han salido al ataque. Llevan años denunciando una supuesta conspiración global de encubrimiento, asegurando que las élites protegen a los verdaderos culpables. El hecho de que ahora la administración Trump—con fiscales, agentes del FBI y jueces afines—haya cerrado el caso sin hacer pública ninguna lista, ha generado un sentimiento de traición profundo. La situación es aún más incómoda porque algunos de los que hoy están al frente de las instituciones clave del aparato judicial fueron promotores de estas teorías. Kash Patel, actual director del FBI, y Daniel Bongino, su segundo al mando, habían prometido "ir hasta el final". La promesa no se ha cumplido, y la presión sobre ellos es extrema.

Patel ha reafirmado públicamente su lealtad a Trump y ha dicho que "confía plenamente en el proceso". Bongino, en cambio, está desaparecido. El viernes se ausentó de su oficina y se especula con su dimisión inminente. "La base está furiosa", reconoció un colaborador cercano al FBI. "No quieren excusas, quieren los archivos, las listas, los nombres. Y no los están recibiendo". La oposición demócrata ha aprovechado la oportunidad para lanzar su propio ataque. El congresista Marc Veasey anunció que presentará una resolución en el Congreso para exigir la publicación completa de cualquier documento relacionado con Epstein. "Si Trump y sus aliados alimentaron estas teorías durante años, ahora tienen la oportunidad de demostrar si había algo detrás", dijo Veasey. "Si no hay nada, ¿por qué tanto secreto? ¿Por qué tanto nerviosismo?".