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Quién es la señora que peor lo pasó este domingo en la final de Roland Garros que ganó Alcaraz (y perdió el gran Sinner)


Lucas del Barco

Durante las cinco horas y 29 minutos que duró la electrizante final de Roland Garros 2025, miles de corazones se paralizaron, respiraciones se cortaron y gritos se ahogaron en medio del suspense. Pero, entre todos los espectadores, hubo una persona que vivió cada punto con una intensidad insoportable: Siglinde Sinner, la madre del tenista italiano Jannik Sinner. Si alguien sufrió en París el pasado domingo, fue ella. Este domingo, Siglinde Sinner no ganó ningún trofeo. Pero se ganó el corazón de millones.

Carlos Alcaraz se proclamó campeón del torneo tras una batalla épica que se definió en el super tie-break del quinto set. Pero la verdadera protagonista emocional del día no estuvo sobre la pista. Estuvo en el palco, al lado del equipo técnico de su hijo, intentando mantener la compostura mientras el partido se le escapaba punto a punto a Jannik. Para muchos en las redes sociales, la "Mamma Sinner" fue la representación perfecta del sufrimiento de todos los hinchas que siguieron la final, con el alma en vilo.

Aunque es conocida por evitar ver los partidos de su hijo debido a la ansiedad que le provocan, esta vez Siglinde no se perdió ni un segundo, y su rostro fue un espejo de emociones: esperanza, desesperación, alivio, rabia, y un amor maternal tan evidente como desgarrador. Su expresión se volvió viral. X (antes Twitter) se llenó de mensajes de empatía: "Somos todas mamás Siglinde en este momento", "Si yo fuera la mamá de Jannik, ya estaría caminando por los Campos Elíseos desde el primer set", o "Siglinde debería tener su propio trofeo por aguantar esta montaña rusa emocional".

Cada gesto suyo —cubriéndose el rostro, gritando, abrazándose a los miembros del equipo— fue captado por las cámaras. Mientras estrellas como Dustin Hoffman o Spike Lee se dejaban ver entre el público, la figura de Siglinde eclipsaba cualquier cameo de Hollywood. No era solo la madre de un tenista: era el símbolo de todas las madres que sufren por sus hijos, en la pista o fuera de ella.

La final, considerada ya una de las más intensas y hermosas de la historia reciente en Roland Garros, estuvo al alcance de Sinner, quien llegó a tener tres bolas de partido en el cuarto set. Pero Alcaraz, con su ya legendaria resistencia mental, remontó y acabó llevándose su segundo título en París.

Tras el partido, Jannik Sinner, en su emotivo discurso, también dejó entrever lo que había supuesto esta experiencia: "Hace unos meses habríamos firmado por estar aquí. Fue un torneo extraordinario, aunque cuesta aceptar este resultado. No dormiré muy bien esta noche, pero no pasa nada".

Mientras él hablaba en la pista, su madre seguía en el palco, con lágrimas contenidas, demostrando que la derrota también tiene su propia forma de amor. A veces, el título de madre - campeona se gana en silencio, desde la grada, sufriendo cada punto con el corazón en la mano.