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Españoles en la MET Gala: del estreno de Georgina Rodríguez a los secretos de ese vestido escultural de Rosalía


Informalia

El talento made in Spain arrasó este lunes en Nueva York. Como es tradición, el Museo Metropolitano acogió uno de los eventos más especiales para los amantes de la moda: la MET Gala, una ceremonia que esta vez no estuvo tan marcada por la opulencia como por la elegancia formal del Dandi. Bajo la premisa Superfine: Tailoring Black Style, la iniciativa detrás de la temática está inspirada en la obra Slaves to Fashion: Black Dandyism and the Styling of Black Diasporic Identity, que publicó la comisaria invitada Mónica L. Miller en 2009. En el evento se estrenó Georgina Rodríguez, mientras Rosalía repitió por segundo año consecutivo. Tampoco faltó a la cita uno de nuestro rostros más internacionales, el modelo Jon Kortajarena.

En su debut, la novia de Cristiano Ronaldo se decantó por un slip dress lencero de tirantes espagueti y encaje a tono bordado sobre el escote en pico, la cintura y la abertura profunda del diseño firmado por Demna Gvasalia para Vetements. Una silueta de noche que adquiere su acento de gala gracias a la cola lateral también con detalles de encaje que Georgina ha desplegado ante los cientos de fotógrafos apostados a ambos lados de la alfombra azul floreada.

Completó el look con pumps de charol a tono y un vertiginoso tacón. La empresaria y modelo también lució un refrescante wet look con raya a un lado y un maquillaje natural firmado por Charlotte Tilbury, marca de la que Georgina es embajadora. En cuanto a las joyas, escogió una gargantilla de brillantes con pieza central protagonizada por un diamante amarillo. En sus manos, también llevaba anillos también de diamantes.

Rosalía apareció vestida con un impresionante diseño de Balmain, obra de su director creativo Olivier Rousteing. Inspirado en el concepto made to measure -hecho a medida- y en el origen mismo de la moda como arte manual, el vestido se construyó sobre un maniquí que era nada más y nada menos que el cuerpo de la cantante catalana.

La pieza destacaba por su fluidez y por tener una estructura muy estudiada. Estaba conformada por un corsé arquitectónico que rodeaba el torso como una armadura y una falda en cascada, casi líquida, que caía con movimientos controlados. El tono marfil del tejido, salpicado de reflejos perlados, jugaba con la luz como si se tratara de una pieza de mármol pulido.

Kortajarena llegó con un aire más sobrio. Para la ocasión se personó con un smoking negro clásico, impecablemente entallado, y como guiño retro, un bigote fino que aportaba un aire old Hollywood, muy en línea con el tono dramático de la gala.