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El desgarrador relato de Tamara Gorro sobre su trastorno alimenticio: "No estoy curada, pero no provocarme el vómito es un logro"


Informalia

La instagramer ha presentado este miércoles su último libro, el sexto ya, en el relata su calvario por culpa de la depresión y de un trastorno alimenticio con el que vive desde hace años. Ahora que vuelvo a vivir es una historia de superación en la que revela que su obsesión por ser perfecta casi le cuesta la vida: "A mí los médicos empezamos a tratar algo muy serio, yo siempre he tenido mucha fuerza por querer curarme y en ese proceso es cuando se descubre que tengo este trastorno".

Sentada con Sonsoles Ónega, Tamara Gorro ha desvelado que, durante mucho tiempo, su único objetivo era "estar guapa" y que los piropos por su delgadez y su figura alimentaban su enfermedad: "En el espejo veía una mujer con los huesos marcados, pero me alimentaba el aprobado ajeno". Ahora, en pleno proceso de recuperación, se sincera: "Yo no estoy curada de ello. Ahora estoy en un punto en el que he encontrado un equilibrio de no retroceder, con no provocar el vómito hasta por beber agua, es un logro. Es algo terrible, pero es bonito porque admites que hay un problema, ahora viene gestionarlo. He superado una depresión que casi se lleva mi vida por delante. Ahora estoy en el camino. Hay fotos que no quiero ver, porque me puedo ver bien. Hago mucho deporte por mi salud mental".

Su trastorno afectó a sus relaciones sociales y familiares: "Yo me veía ideal. Soy una persona que no tolera la grasa. Con la depresión perdí mucho peso y me quitaron la vesícula. Lo normal era salir con amigos, comer, ir al baño y volver". Y añade: "Hasta mis hijos me preguntan: 'mamá, ¿no comes?' A veces comía con ellos y rápido iba al baño a provocarme el vómito y así sentir que no tenía nada en el estómago". Ellos, Shaila y Antonio, han sufrido especialmente la enfermedad de su madre: "Mis hijos vieron una mamá muy malita y me tuve que alejar. Me fui fuera porque me los llevaba pro delante. Yo con este trastorno alimenticio llevo años".

Tamara Gorro confiesa que mentía sobre su relación con Ezequiel Garay por una obsesión absurda de dibujar una vida idílica que no era real: "Por querer ser prefecta, tía acepta que tienes problemas como todo el mundo, que si te vas a divorciar lo vas a pasar mal". Ahora, es más consciente de sus sentimientos y necesidades: "El personaje quería que fuese todo perfecto. Yo lo pasaba fatal, mi mente antes me boicoteaba. Qué pasa por decir estoy sola, que necesito amor. Hace poco una persona me dijo que necesitas y le dije un abrazo de verdad".