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Quién es la segunda dama de EE.UU. que se planta a las bravas en Groenlandia: Usha Vance, ¿invasora de avanzadilla?


Lucas del Barco

El viaje de Usha Vance, esposa del vicepresidente de Estados Unidos, a Groenlandia ha encendido todas las alarmas. Lo que podría haber sido una parada protocolaria más se ha convertido en un episodio de alta tensión diplomática, en un momento en que la Casa Blanca, bajo la administración de Donald Trump, mantiene su presión sobre Dinamarca para hacerse con el control de la isla. Mientras Washington insiste en reforzar su influencia en el Ártico, la Unión Europea observa con inquietud y Groenlandia acusa a sus aliados de tibieza. Por el momento, la policía danesa ha enviado personal adicional y perros rastreadores a la isla, y esta intensifica las medidas de seguridad antes de la visita, que se producirá de jueves a sábado.

El primer ministro de Groenlandia lamentó este lunes el "desorden" causado por la visita de Vance, quien, irá acompañada por el asesor de seguridad nacional de Trump. Por su parte, René Gyldensten, portavoz de la Policía Nacional de Dinamarca, afirmó que los agentes adicionales, desplegados el día anterior, formaban parte de las medidas habituales tomadas durante las visitas de dignatarios. Citando protocolos internos, se negó a especificar el número de policías adicionales que volaron en el vuelo chárter. La prensa local, sin embargo, indicó que había docenas de agentes.

¿Es Usha Vance solo una acompañante en la política exterior de su marido, o su presencia en Groenlandia marca el inicio de una nueva fase en las ambiciones expansionistas de Trump? La respuesta, por ahora, sigue en el aire. Pero mientras llegan las respuestas podemos adelantar quién es Usha Vance, la mujer que, con su sola presencia en Groenlandia, ha desatado esta tormenta geopolítica.

De abogada de prestigio a segunda dama de EE.UU.

Nacida en California en 1986, Usha Chilukuri Vance es hija de inmigrantes indios y ha construido una carrera brillante como abogada. Se graduó en Derecho por la prestigiosa Universidad de Yale, donde conoció a su esposo, J.D. Vance, ahora vicepresidente de EE.UU. y uno de los hombres de mayor confianza de Donald Trump.

Antes de ocupar un lugar en el foco mediático como segunda dama, Usha trabajó como abogada especializada en litigios en la firma Munger, Tolles & Olson, una de las más importantes de EE.UU. Su carrera incluye un periodo como asistente legal del juez Brett Kavanaugh, del Tribunal Supremo, lo que la situó en el círculo de poder conservador mucho antes de que su marido ascendiera en la política.

Un matrimonio forjado en Yale

Usha y J.D. Vance se conocieron en la Facultad de Derecho de Yale y, desde entonces, han formado un matrimonio con una proyección pública creciente. Mientras él saltaba a la fama con su libro Hillbilly Elegy (2016), que narraba la lucha de su familia trabajadora en el Medio Oeste estadounidense, Usha permanecía en un segundo plano, ejerciendo como su principal consejera y apoyo.

El éxito del libro de Vance lo convirtió en una figura clave en la política estadounidense. Pasó de ser un analista y escritor a postularse como senador por Ohio, y en 2024, Trump lo eligió como su compañero de fórmula en la carrera por la Casa Blanca. Desde entonces, Usha ha acompañado a su marido en su ascendente carrera política, aunque siempre con un perfil más discreto que el de otras esposas de líderes republicanos.

Juntos tienen tres hijos y residen en Cincinnati, Ohio, aunque el nuevo cargo de J.D. Vance los ha llevado a trasladarse a Washington D.C., donde la familia está más expuesta al escrutinio público.

La sombra de Washington en Groenlandia

La visita de Usha Vance a Groenlandia llega en un momento especialmente delicado. Trump ha expresado abiertamente su interés en la isla, rica en recursos naturales y estratégicamente clave para el control del Ártico. En 2019, durante su primer mandato, ya propuso comprar Groenlandia, lo que provocó una crisis diplomática con Dinamarca. Ahora, su administración ha vuelto a la carga, sin descartar medidas coercitivas.

Múte B. Egede, el presidente autonómico de Groenlandia, ha reaccionado con dureza ante la presencia de Usha Vance, interpretándola como un gesto de provocación. "Que nuestros aliados internacionales se escondan en una esquina y casi susurren no tiene ningún efecto. Si no condenan claramente cómo Estados Unidos trata a Groenlandia, la agresión estadounidense aumentará", ha advertido.

A pesar de los intentos de Dinamarca por calmar las tensiones, Trump sigue manteniendo una postura desafiante. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha insistido en que Groenlandia "no está en venta", aunque ha dejado abierta la posibilidad de una mayor cooperación con Washington.

La agenda oficial de Usha Vance en Groenlandia incluye reuniones culturales y la asistencia a una carrera de trineos tirados por perros. Sin embargo, medios estadounidenses han filtrado que su visita podría tener otros objetivos más allá del protocolo. Según estas informaciones, Vance podría estar acompañada por el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, y el secretario de Energía, Chris Wright, lo que sugiere que su viaje tiene implicaciones estratégicas.

Para aumentar las sospechas, la asociación groenlandesa de trineos tirados por perros ha desmentido haber cursado una invitación a la delegación estadounidense. Este desajuste entre la versión oficial y los hechos ha alimentado la percepción de que la Casa Blanca está operando con discreción para avanzar en sus planes sobre la isla.

El interés geopolítico del Ártico

Más allá del simbolismo de la visita de Usha Vance, la batalla por Groenlandia tiene un trasfondo geopolítico de gran calado. Con apenas 57.000 habitantes, Groenlandia no es parte del territorio de Dinamarca, pero su estatus como nación constituyente le otorga una relación especial dentro del Reino danés.

El interés de EE.UU. en Groenlandia se debe a su riqueza en recursos naturales, incluidos hidrocarburos, uranio, oro y tierras raras esenciales para la industria tecnológica. Además, el control del Ártico supone acceder a una ruta marítima crucial que conecta China con Europa, convirtiendo a la región en un punto estratégico en la rivalidad entre Washington y Pekín.

Consciente de esta importancia, la Unión Europea ha reforzado su presencia en la isla en los últimos años. En 2023, Bruselas abrió una oficina en Nuuk, la capital groenlandesa, y ha incrementado sus inversiones en la zona para contrarrestar la creciente influencia de EE.UU. y China.

El papel de la Segunda Dama en la estrategia de Trump

Aunque oficialmente no desempeña un cargo político, Usha Vance ha demostrado ser una figura influyente en la administración de su esposo. Su formación en derecho y su experiencia en el mundo judicial la han convertido en una asesora clave en temas estratégicos.

Su visita a Groenlandia, lejos de ser un gesto inocente, parece alineada con la política de presión de Trump. En enero, su hijo mayor, Donald Trump Jr., también realizó un viaje "privado" a la isla, lo que refuerza la teoría de que la Casa Blanca está preparando el terreno para un movimiento mayor.

Mientras Dinamarca y Groenlandia intentan contener la ofensiva estadounidense, la llegada de Usha Vance a la isla ha sido interpretada como una señal de que Trump no piensa dar un paso atrás. Con la Unión Europea aún sin una estrategia clara frente a esta amenaza, la incertidumbre sigue creciendo.