Guerra de Albert Rivera contra la madre de su hija mayor con dinero de por medio: están en los tribunales
Informalia
Desde que Albert Rivera se retirara de la política en 2019, su nombre ha seguido apareciendo en los titulares, aunque ya no por sus decisiones al frente de Ciudadanos, sino por su vida personal, su faceta como abogado y sus conflictos laborales. Una etapa marcada por altibajos en lo sentimental y en los juzgados, que ahora se encuentra en un nuevo capítulo tras su separación de Malú en 2023. La cantante y el ex diputado compartieron cuatro años de relación y tienen una hija en común, Lucía (4). Han mantenido una relación cordial enfocada en el bienestar de la pequeña. Entre ellos, al menos públicamente, parece reinar la tranquilidad, un contraste notable con las tensiones que han resurgido entre Rivera y su otra ex Mariona Saperas, madre de su hija mayor.
Albert y Mariona fueron compañeros de vida desde la adolescencia. Aunque nunca llegaron a casarse, formalizaron su relación y vivieron juntos la llegada de su hija Daniela (14). Sin embargo, el vínculo se rompió en 2013, dejando tras de sí un acuerdo de separación que parecía funcionar sin grandes problemas: Mariona obtuvo la custodia de la niña, mientras que Albert asumía un régimen de visitas y el pago de 1.000 euros mensuales en concepto de pensión alimenticia.
Durante años, esta dinámica no dio pie a conflictos conocidos. Sin embargo, hace aproximadamente un año, comenzaron a surgir discrepancias entre ambos. Rivera se muestra reacio a hacerse cargo de ciertos gastos extraordinarios relacionados con la educación de Daniela, como las clases de inglés o la cuota del AMPA. Además, no ha actualizado la pensión alimenticia de acuerdo con el IPC, lo que llevó a Mariona a interponer una demanda de ejecución de sentencia con la ayuda de su abogado, Ramón Tamborero, conocido por defender a figuras públicas como Gerard Piqué o Arantxa Sánchez Vicario.
El conflicto tenía previsto resolverse en los juzgados de Granollers recientemente, pero una indisposición de la letrada de Rivera provocó que la audiencia se aplazara. Mientras tanto, la relación entre ambos se mantiene tensa, muy lejos de la imagen de armonía que sí refleja su trato con Malú.
"Mis hijas son lo más importante"
A pesar de las disputas legales, Albert Rivera destaca públicamente el papel central de sus hijas en su vida. En una reciente intervención en Espejo Público, el exlíder de Ciudadanos expresó: "Mis hijas son lo más importante que me ha pasado en la vida. Me han hecho mejor persona y me han ayudado a comprender el mundo de otra manera".
Rivera asegura dedicar más tiempo a ambas ahora que está alejado del foco político. Aunque Daniela vive en Barcelona junto a su madre, viaja con frecuencia a Madrid para visitar a su padre, quien también pasa tiempo con Lucía, fruto de su relación con Malú.
En el presente, Albert Rivera se mantiene al margen de los escenarios políticos que en su día protagonizó. Ahora, su vida transcurre centrada en su labor en el sector privado y en su vida sentimental junto a Carla Cotterli, diseñadora y experta en marketing digital. Han sido vistos paseando en actitud cariñosa, consolidando una relación que supone un nuevo comienzo para Rivera tras su ruptura con Malú. Por su parte, Mariona Saperas ha optado por desaparecer del radar mediático. Desde hace años, se dedica a su trabajo como terapeuta especializada en adicciones en la Fundació Sanitaria Mollet del Vallès, donde ha consolidado una carrera estable y alejada de los focos.
Entre la calma y el ruido
El contraste entre la serenidad que Rivera describe sobre su vida personal y los problemas judiciales con su ex refleja la complejidad de su situación actual. Mientras intenta mantener una imagen de padre comprometido y hombre renovado, los ecos de su pasado sentimental parecen perseguirle, alimentando un relato que combina la búsqueda de estabilidad con las inevitables turbulencias de sus relaciones. Albert Rivera sigue siendo un personaje cuyo presente genera interés, aunque sea por los acuerdos que busca en los tribunales.