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Kiko Rivera olvida a su madre, alaba a su mujer, recuerda sus excesos y dice que es "un hombre nuevo"

  • El Dj da la bienvenida al 2025 y hace balance en Instagram 

Informalia

El inicio de 2025 ha sido el momento elegido por Kiko Rivera para abrir su corazón y compartir con el público un repaso sincero y emotivo de su vida. En una carta publicada en Instagram, acompañada de imágenes que recorren su infancia, adolescencia y edad adulta, el hijo de Isabel Pantoja ha narrado los altibajos de su trayectoria: una infancia feliz, una juventud marcada por los excesos y, finalmente, su transformación en busca de estabilidad y paz.

En su texto, Kiko reconoce haber tenido una niñez llena de momentos felices, pero admite que su vida posterior estuvo cargada de altibajos. Sin evitar las sombras de su pasado, el DJ reflexiona sobre sus años de excesos, problemas económicos y las decisiones que le llevaron a tocar fondo. Es un ejercicio de transparencia poco habitual en él, que refleja una intención clara de mostrar al público un nuevo camino.

El ángel de la guarda: Irene Rosales

En su relato, Kiko se detiene especialmente en la figura de Irene Rosales, su esposa, a quien describe como "el ángel de la guarda" que le salvó la vida. "Es la verdadera culpable de que yo hoy en día siga vivo", confiesa en un párrafo lleno de gratitud. Para él, Irene no solo ha sido su compañera en los momentos buenos, sino la persona que le ayudó a salir del abismo en el que había caído.

No obstante, admite que, a pesar del amor y el apoyo de su mujer, su camino hacia la redención no fue fácil. "Aunque fuera mi ángel de la guarda, yo ya había tocado fondo en la mala vida, así que no fueron unos años muy fáciles", escribe, aludiendo a los desafíos que ambos enfrentaron en el pasado.

La paternidad y el cambio

Otro punto clave en su carta es la paternidad. Kiko confiesa que ser padre le llegó demasiado pronto y que, en ese momento, no estaba preparado. Sin embargo, reconoce que sus dos hijas, a quienes llama "sus princesas", fueron el motor para replantearse su vida y tratar de ser un mejor hombre.

"Con ellas entendí un poco más lo que significaba ser padre, aunque todavía seguía sin estar 100% preparado", admite con honestidad. Esta reflexión marca un antes y un después en su trayectoria personal, ya que, según explica, fue el catalizador para un cambio definitivo.

Un nuevo Kiko para el 2025

En la última parte de su carta, Kiko anuncia que su etapa de excesos y malas decisiones ha quedado atrás. Asegura haber optado por una vida más saludable, con tratamiento psicológico, mayor responsabilidad en su día a día y un compromiso renovado como padre y esposo.

Si bien reconoce que todavía no ha logrado recuperarse completamente en el aspecto económico, afirma haber ganado algo mucho más importante: calidad de vida. "A lo mejor no soy una persona que pueda enseñar a mis hijos qué camino elegir en sus vidas, pero lo que sí sé es cuál no deben escoger", reflexiona.

Para Kiko, este nuevo capítulo en su vida es una oportunidad para reconectarse con su público, mostrarles quién es ahora y comenzar el año con esperanza. Termina su mensaje con una invitación a creer en uno mismo, algo que él ha aprendido en carne propia.

Este relato, cargado de emoción y autocrítica, no solo muestra a un Kiko Rivera más vulnerable y humano, sino también a un hombre decidido a ser recordado no por sus errores, sino por su capacidad de superarlos.