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Una semana después de lo ocurrido en el sendero de la muerte de Isak Andic, la investigación sigue abierta: "Están hablando con mucha gente"


Sara Tejada

El camino de Les Feixades volvió a abrirse al público el apenas 24 horas después del trágico suceso. Una semana después de la caída mortal de Isak Andic, la montaña permanece imponente y vertical para deleitar a otros excursionistas que caminan por el mismo tramo donde sobrevino el desastre. Ninguna señal marca el punto donde resbaló el fundador de Mango. El hombre más rico de Cataluña murió tras una caída de 150 metros yendo acompañado de su hijo mayor, Jonathan, quien, junto a Montserrat, es el único testigo de la tragedia.

La mañana del sábado 14 de diciembre amaneció serena en Montserrat, como si la montaña ignorara el drama que estaba a punto de escribirse en sus laderas. El cielo diáfano parecía invitarlos a la reconciliación. Isak Andic, fundador de Mango, y su hijo mayor, Jonathan, habían decidido sellar la paz después de sus desencuentros. Tal como avanzó Informalia en primicia, esta caminata no era solo un ejercicio físico, sino un intento de retomar los lazos rotos, lejos del ruido de las oficinas, las juntas directivas y los reproches familiares. Lo lograron. Decidieron hacer las paces y reunirse en un espacio lejos del ruido, donde sólo la montaña fuera testigo. La reconciliación se produjo, según nos aclaró una fuente que había hablado con el mismísimo Jonathan en el tanatorio. Sellaron la paz en una conversación de unas dos horas, las que estuvieron juntos recorriendo parte del sendero que para el empresario catalán ya era conocido.

Aquel encuentro pretendía ser un acto íntimo, protegido por el misticismo de Montserrat, una montaña que no distingue entre penitentes, excursionistas o magnates. Sin embargo, el gesto de reconciliación quedó interrumpido por un eco funesto: el sonido de piedras desprendiéndose, y, finalmente, el silencio. Fue en el camino de regreso cuando Jonathan, distanciado de su padre unos cuanto metros, escuchó el ruido. Un desprendimiento de piedras. Al girarse, vio a su padre resbalar y desaparecer por el barranco. Una caída rápida, imposible de detener. Isak Andic cayó 150 metros por un barranco mientras Jonathan, unos pasos por delante, se giraba para presenciar el instante exacto en que su padre desaparecía en el abismo.

Informalia ha tenido acceso al informe de diligencias previas entregado por los Mossos d'Esquadra al juzgado de Martorell. La conclusión es que estamos ante un accidente y que todos los hechos objetivos inducen a creer que así fue. La autopsia preliminar no deja lugar a dudas: la caída fue la causa de la muerte. No hay constancia de una intervención externa, ni de negligencia, reiteran a Informalia fuentes de la investigación. Pero la unidad de investigación de Martorell no ha terminado sus pesquisas y aún trabajan en el suceso. De hecho, nos confirman que están entrevistando gente y tomando declaraciones a personas cercanas a la familia, pero también al entorno laboral del fallecido y a caminantes que frecuentan la zona del suceso. El equipo médico forense no ha emitido el informe definitivo de autopsia.

La elección de Les Feixades no fue casual. Este sendero, conocido por su sencillez y su belleza agreste, representaba un espacio neutral, alejado del bullicio y las tensiones. Andic conocía bien el camino, que había recorrido en otras ocasiones, quizás buscando en la montaña la claridad que los negocios y la familia no siempre ofrecen. Según fuentes consultadas por Informalia, padre e hijo caminaron juntos durante casi dos horas. Solo la montaña, ajena al drama humano, se alzaba como testigo imperturbable.

Jonathan llamó a emergencias de inmediato: "Mi padre ha caído; está inconsciente, pero no puedo alcanzarlo". En cuestión de minutos, un helicóptero de los Mossos d'Esquadra llegó al lugar. Los bomberos descendieron con cuerdas hasta el cuerpo de Andic. Recogieron sus pertenencias: una chaqueta verde, unas gafas de sol, un reloj y el móvil, que seguía intacto.

La montaña como juez implacable

Montserrat, con sus laderas verticales y su atmósfera casi sacra, tiene la capacidad de convertir lo cotidiano en trascendental. El camino de Les Feixades, donde ocurrió la tragedia, es transitado por cientos de excursionistas cada año. No es un sendero particularmente peligroso, pero exige atención. "Por aquí pasan cada día decenas de personas, y jamás había ocurrido algo así", comenta Alicia, una opositora que busca alivio en la naturaleza tras horas de estudio. La montaña no perdona distracciones. Allí donde el camino pierde protección y las piedras sueltas amenazan con ceder bajo los pies, el vacío acecha. El informe preliminar de los Mossos d'Esquadra señala que no hubo negligencia ni intervención externa. Todo apunta a un accidente, una fatalidad que rompe con la rutina pero deja un rastro de preguntas sin respuesta.

A pesar de que los indicios apuntan a un accidente, la investigación no está cerrada. Fuentes policiales han confirmado a Informalia que los agentes de la unidad de Martorell siguen tomando declaraciones. Han entrevistado a personas del entorno cercano de Andic, tanto familiar como laboral, y a excursionistas habituales de la zona. "Están hablando con mucha gente", aseguran. El equipo médico forense, por su parte, aún no ha emitido el informe definitivo de la autopsia, cuyo resultado podría arrojar nueva luz sobre los hechos. Mientras tanto, el vacío que ha dejado Isak Andic sigue resonando, no solo en su familia, sino también en el imperio que construyó desde cero.

Un legado dividido

En 2012, Andic había dejado la dirección ejecutiva de Mango en manos de su hijo Jonathan, pero problemas internos lo llevaron a retomar el control. El fundador había dejado el control del gigante textil al primogénito. Pero volvió a retormarlo porque la empresa no iba bien. Tocó la dirección y encauzó el rumbo pero sin Jonathan al frente. La compañía dice que la gestión del imperio queda en manos de Toni Ruiz, el actual CEO y vicepresidente, quien va a asumir las funciones del presidente de la compañía, como adelantamos hace días, aunque Jonathan, Judith y Sarah, los tres hijos del fundador, posean la abrumadora mayoría de las acciones.

La reconciliación, que parecía haberse consumado en las horas previas a la tragedia, ahora se tiñe de melancolía.

La dirección de Mango recae ahora en Toni Ruiz, actual CEO y vicepresidente, quien asumirá la gestión y las funciones de presidente. Sin embargo, los tres hijos de Andic —Jonathan, Judith y Sarah— poseen la mayoría accionarial. El tanatorio de Les Corts fue testigo de un desfile de personalidades del mundo empresarial y político, que acudieron a despedir al hombre detrás de una de las mayores fortunas de España. Pero la verdadera despedida fue la que no tuvo lugar en Montserrat, donde la montaña permaneció ajena al dolor humano. El sendero de Les Feixades volvió a abrirse al público al día siguiente del accidente. Los excursionistas continúan transitando por el tramo donde ocurrió la tragedia, como si la montaña quisiera recordarnos que el drama humano es efímero frente a su eternidad. Montserrat, como siempre, sigue siendo un lugar de paz y reconciliación, pero también de vértigo y vacío.