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Sergio Peris-Mencheta vuelve a España tras su tratamiento contra la leucemia: "Me daba miedo dejar a mis hijos sin su papá"


Informalia

Sergio Peris-Mencheta ha vuelto a España tras anunciar a comienzos de este año la leucemia que le diagnosticaron. El actor, que vive a caballo entre Estados Unidos y Madrid con su familia, ha hablado a su regreso de estos meses tan difíciles y de cómo se encuentra, además de compartir otras reflexiones.

El actor de Al salir de clase, que cumple 50 años en abril del año que viene, se sometió en mayo a una operación de transplante de médula gracias a la donación de células por parte de su hermano Yonyon. Desde que contara que estaba enfermo, ha utilizado el altavoz de sus redes sociales para concienciar sobre la enfermedad y la importancia de donar. Desde hace un año y medio no había regresado a España.

Durante el proceso, el dramaturgo llegó a perder la voz y la vista, entre las secuelas físicas: "Me siento más vulnerable, aterrorizado y pequeñito que nunca, y valorando desde hace ya unos meses cada uno de mis pasos sobre la tierra", le ha confesado a Mara Torres en Cadena Ser, siendo esta su primera entrevista tras el diagnóstico de su cáncer.

El actor también ha hablado de su infancia y de las reflexiones que ha tenido en estos meses tan complicados: "Soy hijo de padres agnósticos y a los 12 años me di cuenta de que me iba a morir y nadie me había dicho eso antes. Fue mi gran crisis existencial. Tuve una a los 12 años y otra a los 26. En aquel momento llegué a la conclusión de que todos mis amigos se iban a ir al cielo y yo no sabía a dónde iba a ir".

También ha tenido unas palabras para su madre, la persona que le calmaba cuando tenía este tipo de pensamientos: "Fue la única capaz de calmarme porque, cuando yo le decía que me iban a comer los gusanos cuando me enterraran, ella me decía que tan solo iba a devolverle a la tierra el regalo de vivir. Eso me calmaba y me quedaba dormido". Y en este sentido, Peris-Mencheta ha lamentado no poder tener a su madre durante esta etapa: "No he tenido una mamá que estuviera el resto de mi vida calmándome y uno al final termina, como estamos educados, a no hablar sobre ello, a no mirar para ello y a no vivir con la muerte en el hombro a pesar de que es lo único que es seguro".

Durante su enfermedad, llegó a esta conclusión: "Lo que más miedo me daba era dejar a mis hijos su su papá. Y además, en esa época, yo estaba convencido de que la enfermedad era hereditaria, cunado la leucemia no es hereditaria". Sobre estos meses tan difíciles, ha añadido también: "Esta experiencia te cambia mucho la pelota porque relativizas mucho más".

Medio año después de la operación, anuncia que la enfermedad ha desaparecido pero su cuerpo sigue luchando contra unas células que considera extrañas. "Tomo una medicación a la que llamo 'los diplomáticos' que lo que hacen es tratar de negociar con los glóbulos blancos para que no ataquen a mi cuerpo. Por eso tengo de momento la cara de 'color minero', por la medicación".

Respecto al transplante, ha explicado también: "Mi hermano era un 'Full match', que es la máxima compatibilidad conmigo y sus células ahora ya son mías. Sin embargo, mi cuerpo no termina de reconocerlas, como si esas células todavía no entendieran el lugar en el que están. La casa. Por eso, los glóbulos blancos me están atacando (de ahí el color de mi piel) y tengo que tomar una medicación para contrarrestarlo. Se puede decir que mi cuerpo está negociando con su nueva situación".

La enfermedad y los pilares de Peris-Mencheta

Peris-Mencheta, casado con Marta Solaz (con quien coincidió en Al salir de clase y padre de dos hijos), anunció su enfermedad el pasado mes de enero. "Con una mezcla de miedo y esperanza, de ganas y susto, de sentirme muy bien acompañado en la aventura y rematadamente solo en el proceso. Hoy me siento bien y con fuerzas, pero dicen que en unos días el 'acondicionamiento' para el trasplante pasará factura", escribió entonces. "Hoy me encuentro sano y con energía, pero sé que la radiación y la quimio que tengo por delante te pasan por encima como una apisonadora. Hoy sonrío. Pero mañana también. Vamos a por ello".