La familia del empresario Isak Andic, devastada tras su muerte: así ha sido accidente mortal del creador de Mango
Informalia
El mundo de la moda ha perdido a una de sus figuras más emblemáticas. Isak Andic Ermay, fundador de Mango, falleció este sábado a los 71 años en un trágico accidente mientras realizaba una excursión familiar en las cuevas de salnitre de Collbató, en la montaña de Montserrat, Cataluña. Su muerte deja un profundo vacío en su familia, amigos y en la industria que ayudó a transformar.
Andic se encontraba acompañado por su novia en el momento del accidente. Según informan las autoridades, el empresario resbaló en un sendero y cayó desde una altura de 150 metros. Aunque los servicios de emergencia acudieron rápidamente tras recibir la llamada de auxilio de su hijo poco después de la una del mediodía, nada se pudo hacer por salvar su vida. Este desafortunado accidente ocurrió en una ruta que la familia ya había recorrido en otras ocasiones, siendo una actividad habitual para el empresario, conocido también por su pasión por el deporte y la naturaleza.
El fundador de Mango era un pasionado de la naturaleza, este empresario visionario encontró en la montaña uno de sus refugios predilectos. Su muerte deja un vacío enorme en el mundo de la moda y los negocios, pero su legado permanece como un testimonio de creatividad, perseverancia y ambición. Isak Andic nació en Estambul en 1953, en el seno de una familia sefardí que mantenía una fuerte conexión cultural con España a través del ladino, el idioma que hablaban sus padres. En 1968, la familia emigró a Barcelona, ciudad que marcó profundamente su trayectoria. A los 16 años, Andic completó sus estudios en la American High School, donde destacó por su capacidad emprendedora y su curiosidad insaciable.
En 1972, comenzó a vender blusas bordadas traídas de Turquía en pequeñas tiendas de Barcelona, lo que sería el germen de su imperio. Con una visión clara y una dedicación inquebrantable, Andic fundó Mango en 1984, junto a su hermano Nahman y su socio Enric Casi. La primera tienda, ubicada en el Paseo de Gracia, marcó el inicio de una marca que rápidamente se expandió a nivel global, con más de 2.700 puntos de venta en 115 países.
El éxito de Mango radicó en su capacidad para hacer accesibles diseños elegantes y de calidad. Andic apostó por un modelo de integración vertical, controlando todo el proceso desde el diseño hasta la distribución, y fue pionero en la expansión internacional. Mango no solo llegó a millones de consumidores, sino que también atrajo la atención de figuras públicas como doña Letizia y celebridades internacionales. Colecciones exclusivas, como la cápsula diseñada por Victoria Beckham, elevaron aún más el prestigio de la marca. Bajo su liderazgo, Mango se adaptó a los cambios del mercado, incluyendo la apuesta por la sostenibilidad y el comercio electrónico. Su capacidad para adelantarse a las tendencias convirtió a la empresa en una de las principales referencias del sector.
Una vida personal marcada por la discreción y los vínculos sociales
A pesar de ser una de las figuras empresariales más relevantes de España, Andic mantuvo su vida personal lejos de los focos durante gran parte de su trayectoria. Contrajo matrimonio en los años 70 con Neus Raig Tarragó, con quien tuvo tres hijos: Jonathan, Judith y Sarah. Aunque el matrimonio terminó tras dos décadas, Andic continuó siendo un padre presente y protector. En los años posteriores, se le relacionó sentimentalmente con mujeres destacadas de la alta sociedad, como Cristina Valls-Taberner y Adriana Abascal. Su relación más duradera fue con Zenaida Bufill, hija del empresario Salvador Bufill, con quien compartió más de diez años de su vida. En los últimos tiempos, había encontrado estabilidad emocional junto a Estefanía Knuth, campeona de golf y empresaria catalana, con quien compartía su amor por la naturaleza y los viajes.
Un legado familiar en Mango
Andic siempre tuvo claro que su legado debía perdurar más allá de su vida. Sus hijos mayores, Jonathan y Judith, desempeñan roles clave en Mango. Jonathan, como miembro del consejo, ha ampliado el alcance de la marca. Judith, desde el área de diseño, ha contribuido con su visión fresca y contemporánea. Incluso su sobrina, Violeta Andic, ha dejado su huella con la línea de tallas grandes Violeta by Mango. La familia ha consolidado el espíritu emprendedor que Andic sembró desde los inicios.
A lo largo de su vida, Andic supo disfrutar de los frutos de su éxito, aunque siempre evitando la ostentación. Su velero, Nirvana Formentera, y su jet privado reflejaban su pasión por el lujo discreto y su espíritu viajero. Amante del arte, coleccionaba obras contemporáneas que compartía con su equipo en las oficinas centrales de Mango en Barcelona. En invierno, disfrutaba del esquí en su mansión en Baqueira-Beret, otro de sus lugares favoritos.
Una huella imborrable
A pesar de su fortuna, estimada en más de 4.500 millones de euros, Andic se caracterizó por su cercanía y generosidad. Combinó su vida empresarial con su amor por el mar, los viajes y el senderismo, actividades que lo ayudaron a mantener el equilibrio y la conexión con su entorno. En los últimos años, tras delegar parte de la gestión de Mango en Toni Ruiz, Andic dedicó más tiempo a sus pasiones personales. Sin embargo, nunca perdió de vista la evolución de la marca que construyó desde cero.
Una pérdida para la moda y el emprendimiento
La muerte de Isak Andic supone el fin de una era en la moda española. Mango se encuentra en uno de sus mejores momentos históricos, pero el vacío dejado por su fundador es incalculable. Su visión, pasión y compromiso han dejado una huella indeleble en el sector y en las personas que tuvieron el privilegio de trabajar con él. Andic nos deja un legado que trasciende la moda: la demostración de que el ingenio, el esfuerzo y la innovación pueden cambiar vidas y construir imperios. Su ausencia será sentida profundamente, pero su espíritu perdurará en cada rincón de la marca que creó y en el recuerdo de todos los que admiraron su trayectoria.
Un hombre más allá de la moda
Nacido en Estambul en 1953 en el seno de una familia sefardí, Isak Andic emigró a Barcelona en su juventud, donde iniciaría una carrera empresarial que revolucionaría la industria textil en España y el mundo. A mediados de los años 80, fundó Mango junto a su hermano Nahman, con la visión de crear una marca que ofreciera moda accesible, de calidad y en sintonía con las tendencias internacionales.
La primera tienda abrió sus puertas en Barcelona en 1984, y en pocos años Mango se convirtió en un referente global. Bajo la dirección de Andic, la marca alcanzó presencia en más de 100 países, con más de 2.000 tiendas y una facturación anual que superaba los 2.000 millones de euros. El empresario siempre tuvo un enfoque claro: ofrecer moda versátil y asequible, con especial atención al diseño y la innovación.
Más allá de su rol como empresario, Isak Andic era conocido por su carácter reservado y su vida discreta. Aunque rara vez aparecía en los medios, quienes lo conocían destacaban su visión estratégica y su capacidad de liderazgo. Era un hombre dedicado no solo a su negocio, sino también a su familia, con quienes compartía tiempo siempre que su apretada agenda se lo permitía.
Deportista y amante de la naturaleza
Andic no solo era un magnate de la moda, sino también un apasionado del deporte y la vida al aire libre. A lo largo de su vida, el empresario cultivó hábitos saludables y disfrutaba de actividades como el senderismo, el esquí y la navegación. Estas pasiones reflejaban su carácter disciplinado y su búsqueda constante de equilibrio entre su intensa vida empresarial y su bienestar personal.
La excursión que realizó este sábado en Collbató era parte de esa rutina activa que tanto disfrutaba. Las cuevas de salnitre, conocidas por su belleza natural y su historia geológica, son un destino popular entre excursionistas y turistas. Para Andic y su familia, esta actividad era una forma de conectar con la naturaleza y desconectar de las responsabilidades diarias.
Sin embargo, este itinerario, que en otras ocasiones había sido motivo de disfrute, se tornó en tragedia. La caída desde una altura de 150 metros pone de manifiesto los riesgos inherentes a las actividades en la montaña, incluso para quienes tienen experiencia en este tipo de terrenos.
El legado de Isak Andic
La muerte de Isak Andic deja un importante legado no solo en la industria de la moda, sino también en el ámbito empresarial. Bajo su liderazgo, Mango no solo creció como empresa, sino que también se adaptó a los cambios de un sector cada vez más competitivo. Fue pionero en la integración de la tecnología en los procesos de producción y distribución, anticipándose a tendencias como el comercio electrónico y la sostenibilidad en la moda.
Además, Andic siempre tuvo una visión global para su marca, pero sin perder el vínculo con sus raíces. Mango se convirtió en un emblema del diseño español, con colecciones que lograron conquistar a clientes de todo el mundo.
El empresario también se destacó por su labor filantrópica y su compromiso con la educación. A lo largo de los años, impulsó iniciativas destinadas a apoyar a jóvenes emprendedores y promover el talento en el sector de la moda.
Una familia destrozada
En el plano personal, la familia de Isak Andic atraviesa un profundo dolor tras la tragedia. El empresario siempre se había mostrado orgulloso de su familia, y aunque mantenía su vida privada lejos del foco mediático, era evidente que encontraba en ellos su mayor apoyo. La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de condolencias en el ámbito empresarial y social, con numerosos mensajes de apoyo a sus seres queridos.
Adiós a un visionario
La pérdida de Isak Andic no solo representa la desaparición de un empresario excepcional, sino también la de un hombre que marcó un antes y un después en la industria de la moda. Su capacidad para combinar visión, esfuerzo y dedicación lo convirtió en un referente para generaciones de emprendedores.
Aunque su ausencia será difícil de llenar, el legado de Andic perdurará a través de Mango, la marca que construyó con esfuerzo y pasión, y a través de los valores que compartió con su familia y su entorno. A los 71 años, Isak Andic deja tras de sí una historia de éxito, innovación y humanidad, que será recordada durante mucho tiempo.