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Bertín Osborne regala jamones a periodistas para acercar posturas


Sara Tejada

Bertín Osborne ha vivido su año horribilis en lo profesional y también en lo personal. Tanto lo que ha hecho como lo que ha dicho a lo largo de los últimos meses ha afectado a su imagen. Parte de su público le ha dado la espalda y sus conciertos ya no eran tan rentables. Las marcas se han empezado a cuestionar si su imagen es la que quieren ofrecer y las cadenas de televisión ya no se pegan por él como antes. En definitiva, la reprobable actitud que ha tenido con sus últimos escándalos amorosos por sus relaciones con Chabeli Vargas y Gabriela Guillén, el reprochable gesto de cuestionar su paternidad del hijo de esta última y los continuos feos que le ha hecho a Fabiola le han pasado factura. Incluso se va a quitar su nombre a la fundación para pasar a llamarse Fundación Kike Osborne. Bertín, que cumple 70 años en dos semanas, se ha dado cuenta de ello y ahora quiere intentar reconducir su imagen para volver a tener el favor de la opinión pública.

Aunque ha asegurado que se retira de los escenarios, él quiere volver a trabajar. Pero antes necesita arreglar la mala percepción que la gente tiene ahora de él y, sobre todo, desde el nacimiento de su último hijo, el de Gabriela Guillén, ese que en un principio no quiso reconocer y del que hasta renegó en una exclusiva y que ahora, tras la demanda de paternidad que interpuso la paraguaya y la presión de los medios, no le ha quedado más remedio que reconocer. Es por ello que ha iniciado una campaña de lavado de imagen para mostrarse más agradable y familiar.

Esta misma semana ha dado el primer paso apareciendo en la portada de la revista ¡Hola! junto a su exmujer, Fabiola Martínez, y su hijo Kike. Lo ha hecho para dar visibilidad a la fundación que hasta hace unos meses llevaba su nombre y que, como hemos comentado anteriormente, ahora llevará el del niño, que ya ha cumplido la mayoría de edad. Bertín posa por primera vez sonriente para la prensa después de un año de desaires, enfados y alguna que otra discusión con periodistas. Porque así ha sido, como desde los medios se ha reprochado su comportamiento, incluso de los periodistas amigos, decidió declarar la guerra a la prensa y negarse a hablar o cuando lo hacía era lleno de reproches y malas palabras, llegando a enfrentarse a los reporteros en varias ocasiones.

Pero esto también lo quiere cambiar. Sabe que necesita el favor de la prensa para obtener su objetivo de conseguir el de la opinión pública. Necesita que los periodistas vuelvan a hablar bien de él y vuelvan a remar a su favor. Necesita que desde sus platós de televisión y micrófonos de radios recalquen sus bondades y no se detengan en sus defectos. Así que ha comenzado la 'operación jamón'.

Según ha podido saber Informalia, Bertín está haciendo llegar jamones a algunos periodistas y botellas de su aceite. Él lo presenta como una manera de felicitarles la Navidad, pero no deja de ser un movimiento que considera fundamental en su estrategia de recuperar la simpatía del público, ya que piensa que antes necesita recuperar el cariño de aquellos que hablan de él públicamente.

En esta maniobra, como últimamente, va de mano de su íntimo amigo José Luis López, el Turronero. Él es quién ha intercedido en su relación con la madre de su supuesto hijo, Gabriela Guillén y también el que le ha hecho entrar en razón con la prensa. A ver cuánto le dura.