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Manuel Díaz 'El Cordobés' torea como puede las cornadas mediáticos: es falso que esté en la ruina


Informalia

Manuel Díaz 'El Cordobés' no solo ha lidiado con toros bravos en las plazas, sino también con las dificultades de la vida, que a veces son más impredecibles y feroces que cualquier astado. Ahora, el torero de Arganda del Rey afronta una complicada cornada mediática: le han confundido por su el nombre y se ha publicado que una empresa que en realidad no le pertenece ha entrado en bancarrota. En la orden del Juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid aparecía un Manuel Díaz, pero no es él.

Manuel Díaz 'El Cordobés' ha desmentido ser dueño de una compañía que está en bancarrota y que subasta 27 viviendas tras caer en el concurso de acreedores como se ha publicado esta semana. El torero de 56 años ha tomado "cartas en el asunto".

"Estoy sorprendido porque ni conozco esa empresa ni es mía ni soy dueño ni nada", no dice El Cordobés, asegurando que esta vinculación errónea se debe a una confusión con el nombre. "No tengo nada que ver con esa empresa... Ojalá tuviera yo 27 pisos para venderlos poco a poco o dejárselos a mis hijos", añadió.

Asimismo, el marido de Virginia Troconis recalcó que este tipo de asuntos afectan a su imagen y "preocupan" a su familia: "Esto ya ha pasado a manos de mis abogados". Y sentenció: "Evidentemente, no me va a quedar más remedio que tomar cartas en el asunto".

La mujer del diestro también se ha pronunciado sobre este asunto. "Ni Manuel tiene 27 propiedades, ni esa empresa es suya", aseguró la modelo venezolana.

Un hombre hecho a sí mismo

Manuel Díaz sabe lo que es empezar desde abajo. Nació fruto de una relación extramatrimonial entre el legendario torero Manuel Benítez 'El Cordobés' y una mujer de origen humilde, que trabajó como asistenta para sacar adelante a su hijo. La infancia de Manuel estuvo marcada por la ausencia de su padre, pero también por el ejemplo de fortaleza de su madre, quien le inculcó el valor del trabajo y el sacrificio.

Años después, ya convertido en torero, inició una larga batalla legal para ser reconocido como hijo legítimo de 'El Cordobés'. Lo consiguió, aunque no sin polémicas y tensiones familiares. Pese a los desafíos, Manuel ha demostrado un carácter conciliador. En público, ha dejado claro que no guarda rencor y que solo quería reclamar su identidad y el vínculo con un padre cuya sombra siempre le acompañó.

Padre y esposo: la otra cara del torero

Fuera del ruedo, Manuel Díaz es un hombre de familia. Desde 2004 está casado con la venezolana Virginia Troconis, una mujer que no solo le ha acompañado en los buenos momentos, sino también en las dificultades. Virginia ha sido su cómplice, su refugio y el motor de una vida que ambos construyeron juntos, lejos de los focos mediáticos que alguna vez los persiguieron. En diversas entrevistas, Manuel no ha escatimado elogios para ella, asegurando que es su equilibrio y su mejor suerte.

Como padre, Manuel se enorgullece de sus hijos, incluida por supuesto Alba Díaz, fruto de su anterior matrimonio con la diseñadora Vicky Martín Berrocal. Alba, una joven carismática que ha encontrado su lugar como influencer, mantiene una estrecha relación con su padre, quien la apoya en cada uno de sus proyectos. La complicidad que comparten es evidente en sus redes sociales, donde padre e hija suelen intercambiar mensajes de admiración y cariño.

De los ruedos a los platós

La vida de Manuel Díaz ha sido un espectáculo continuo, y no solo en las plazas de toros. Durante años, ha participado en programas de televisión, incluyendo los platós de Ana Rosa en Telecinco. Su simpatía, sentido del humor y carisma le han hecho ganarse el favor del público. Como tertuliano, ha demostrado tener opiniones claras y cercanas, convirtiéndose en una figura mediática querida por muchos.

Sin embargo, el éxito mediático nunca ha eclipsado su esencia como torero. Aunque se encuentra en el ocaso de su carrera en los ruedos, su conexión con la tauromaquia sigue viva. "El toreo no es solo mi profesión, es mi manera de entender la vida", ha dicho en más de una ocasión.

Manuel Díaz, más allá de los bienes materiales, el verdadero valor reside en su familia y en la manera en que ha sabido reinventarse a lo largo de los años. Desde el joven torero que buscaba un lugar en las plazas hasta el hombre que hoy enfrenta las dificultades con dignidad, la trayectoria de Manuel es una lección de perseverancia. Con una sonrisa que parece inquebrantable, Manuel sigue demostrando que, igual que en el ruedo, la vida hay que enfrentarla con valor, sin importar cuán complicado sea el toro que toca lidiar. Él continúa escribiendo su historia, convencido de que la verdadera riqueza no está en las propiedades, sino en los momentos vividos y en las personas que te acompañan en cada etapa del camino.