Gente

Los padres de Ponce, golpeados por la DANA en Chiva, recibieron la visita del torero y Ana Soria: "Vinieron y el mismo día se fueron"


Informalia

El paso de la DANA por la Comunidad Valenciana ha dejado un rastro de devastación y entre los afectados se encuentran Ezequiela y Emilio, los padres del torero Enrique Ponce. Residentes en Chiva, su casa y el negocio familiar, un emblemático bar que fue también la sede de la peña taurina dedicada al diestro, han quedado gravemente dañados por las inundaciones. Las imágenes hablan por sí solas: muebles destrozados, el piso levantado y paredes que muestran huellas irreparables del agua.

El bar, además de ser un lugar de encuentro en el pueblo, guardaba recuerdos de incalculable valor emocional para la familia Ponce. Entre ellos, trajes de luces y fotografías históricas que, según Emilio, el padre del torero, eran parte del alma del negocio. "No solo hemos perdido cosas materiales, también hemos perdido recuerdos de toda una vida", confiesa Emilio en TardeAR. La parte baja de la casa familiar está completamente inutilizable y el futuro del negocio pende de un hilo.

En medio de esta tragedia, Enrique Ponce, que se encontraba de gira cuando ocurrió el desastre, cumplió su promesa de viajar a Chiva para visitar a sus padres y evaluar la magnitud de los daños. Acompañado por Ana Soria, el torero llegó al pueblo, pero su estancia fue breve. "Vinieron y el mismo día se fueron", comentó Emilio, quien no quiso entrar en detalles sobre el motivo de tan corta visita pero destacó que agradece el apoyo de su hijo y la almeriense en estos momentos tan complicados.

La presencia de Ponce en Chiva generó gran expectación entre los vecinos, quienes lo vieron recorrer los destrozos con un gesto de evidente preocupación. El torero se mostró profundamente afectado al ver la casa donde se crio sumida bajo el lodo y el negocio familiar, que fue un punto de encuentro para su peña, reducido a escombros. Sin embargo, Ponce tiene claro que no solo quiere apoyar moralmente a sus padres, sino también contribuir activamente a la recuperación de los damnificados. En este sentido, el torero ya ha anunciado su participación en un festival benéfico que se celebrará el próximo 1 de diciembre. Los fondos recaudados irán destinados a las víctimas de la DANA, incluyendo a sus propios padres y otros vecinos de Chiva. Este gesto ha sido muy bien recibido en el pueblo, donde Enrique Ponce es una figura querida por su cercanía y sus raíces profundamente ligadas al lugar.

Mientras tanto, Ezequiela y Emilio intentan reponerse del golpe. Su prioridad ahora es salvar lo que puedan de la casa y el bar, aunque reconocen que la tarea será titánica. "Todo está destrozado. Miras alrededor y parece que la vida que tenías se ha ido con el agua", explicó Emilio, con una mezcla de resignación y esperanza.

Aunque la visita del torero y Ana Soria fue breve, su presencia dejó un mensaje claro: la tragedia ha golpeado a los Ponce, pero no los ha doblegado. Con el apoyo de su hijo y de la comunidad, Ezequiela y Emilio afrontan el arduo camino hacia la reconstrucción, mientras Chiva intenta levantarse de las ruinas dejadas por la tormenta.