Francisco Rivera, visto en Pamplona "en actitud cómplice" con una "atractiva joven"
- El marido de Lourdes Montes se divirtió en unos bares de la zona taurina durante estos sanfermines
Informalia
Francisco Rivera ya no torea pero estos sanfermines los ha celebrado con una buena faena que tal vez recuerde incluso después del "Pobre de mí". El marido de Lourdes Montes es muy aficionado a las fiestas que Pamplona despidió este domingo y no solo a las corridas en la plaza de la capital Navarra. Este martes, hace una semana, ya de madrugada, disfrutaba de la fiesta con unos amigos que se divirtieron durante gran parte de la noche en los bares de la zona taurina. Primero visitó el Kabiya y después el Kato's. Cuentan que fue en este último local donde el hijo de Paquirri charlaba con una atractiva joven.
El diario El Mundo se atreve incluso a publicar que se vio al exmarido de Eugenia Martínez de Irujo "en actitud cómplice" con la susodicha. Al ex torero no le hemos oído rechistar y el chascarrillo se publicó el sábado.
Tampoco ha dicho esta boca es mía la mujer del ex torero, la diseñadora, abogada y madre de Carmen y Curro, los dos hijos pequeños del hermano de Cayetano Rivera. Seguro que todo tiene una explicación. A la espera de que Lourdes Montes o Fran den su versión de lo que sucedió o no sucedió, lo que sí podemos afirmar es que siguen felices 12 años después de comenzar su relación (casi diez de ellos casados). Desde el entorno del hijo de Carmina dicen que están más enamorados que nunca.
El torero y la empresaria se conocieron hace más de 12 años y, tal y cómo él ha explicado en más de una ocasión, "fue un flechazo total". Una relación que ha estado llena de obstáculos y que los han ido superando poco a poco porque, "cuando el amor es de verdad, se puede con todo".
Se casaron primero por lo civil pero después lo hicieron por la Iglesia, una vez el primogénito de Carmina Ordóñez obtuvo la nulidad de su boda religiosa (en la catedral de Sevilla) con la duquesa de Montoro y madre de su hija mayor, Tana.
Les presentaron amigos en común en la Feria de Abril de Sevilla y desde ese momento, Fran supo que había llegado la hora de sentar la cabeza y que se casaría con esa belleza sevillana que le había robado el corazón.
La joven abogada, luego convertida en diseñadora, no lo tenía tan claro y fue muy reticente al principio de su relación. Ella insistió en que no se quitara el casco de la moto en la calle para que no le reconocieran y fueran captados por la prensa.
Lourdes dice que el éxito viene de "trabajar mucho el amor, el cariño y el respeto y ser muy generosos", y Fran sostiene que el éxito tiene un nombre: "Lourdes, sin ninguna duda".
Uno de los grandes obstáculos a los que tuvo que enfrentarse su relación, y del que ellos mismos han hablando en varias ocasiones, fue el momento en el que Fran Rivera decidió retirarse de su profesión. "Cuando me retiré de los toros, hubo un momento complicado. Mi vida es el toro y me he dedicado toda una vida a cumplir mi sueño. Es una profesión muy absorbente y exigente. Pasé por un tiempo que no encontraba nada que me llenara y Lourdes y yo tuvimos un momento complicado, me encerré en mí mismo".
El padre de Tana Rivera se retiró en el año 2012, aunque en el 2015 volvió al ruedo y, durante una corrida en Huesca, sufrió una cogida que puso en peligro su vida.
Lourdes estaba entonces a punto de dar a luz a su primera hija, Carmen, que llegó al mundo después de la terrible cornada. Por fin, en 2017, Fran puso punto final a su carrera como torero. Vive de sus negocios y de vez en cuando recibe alguna generosa "donación" (con muchas comillas) a cambio de ir a los platós a contar que su hija no llegó al mundo como fruto de su amor con Eugenia Martínez de Irujo.