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Gerard Piqué y Clara Chía reaparecen de la mano (en los juzgados) para su asalto contra el paparazzi pro Shakira


Informalia

Gerard Piqué y Clara Chía han reaparecido este lunes, 17 de junio, en los juzgados catalanes debido a su batalla judicial contra el paparazzi Jordi Martín, que tomó partida por Shakira cuando el exfutbolista y la cantante se separaron y se convirtió en la sombra del exjugador del Barça y su jovencísima novia catalana, siguiendo cada uno de sus pasos y dando informaciones que molestaban, y mucho, al culé y su enamorada.

Como parte interesada en el juicio por presunto acoso contra el fotógrafo, Piqué y Clara Chía han llegado a la Ciudad de la Justicia de Barcelona agarrados de la mano. Al mal tiempo, ambos han tratado de mostrar buena cara, pues él ha regalado incluso una sonrisa. Sin embargo, no han respondido a ninguna pregunta relacionada con ellos ni al propio caso judicial.

El paparazzi Jordi Martín fue quien aseguró, hace ya dos años, que el padre de Milan y Sasha había engañado a la madre de sus hijos con una joven anónima. Poco después se supo que la joven que conquistó el corazón de Piqué era Clara Chía e inmediatamente después pasó del absoluto anonimato a ser una de las mujeres más buscadas en todo el planeta. El resto es historia, pues cuando el nombre de Clara cobró todavía más protagonismo gracias a la canción Session 53 de Shakira, donde la estrella colombiana puso a la joven veinteañera en el centro de la tempestad mediática.

Piqué y Clara Chía decidieron emprender medidas legales contra Martín tras sentirse acosados y después de que este, según sostienen, accediera a una zona privada para tomarles fotografías. En concreto, a un estacionamiento, aunque el demandado se aferra a que realizó su trabajo estando en la vía pública y asegura que, en este sentido, la ley le ampara. En su demanda alegan sentirse acosados y piden contra él orden de alejamiento de 3.000 metros.

No es el único asunto por el que Piqué libra batallas en los tribunales. A finales de mayo, fue imputado por las comisiones de la Supercopa de Arabia Saudí. El Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda ve indicios de delito en el pago de 4 millones de euros anuales que el jugador debía percibir por trasladar la Supercopa al país de Oriente Medio y hacer de intermediario de la RFEF, presidida entonces por Luis Rubiales.