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La exigencia de Isabel Preysler a Tamara Falcó sobre su futuro embarazo: le ha pedido a su hija que se lo chive a ella antes que a Íñigo


Informalia

Las ganas de ver a Tamara embarazada ya no sólo se reducen a la esfera pública, parece ser que en su propia familia las ansias y la presión por verla convertida en mamá van creciendo y cada vez recibe más comentarios y exigencias al respecto.

Hace unos días, una foto en redes volvía a desatar la alarma, pues el matrimonio formado por la marquesa de Griñón e Íñigo Onieva posaba en una actitud muy cariñosa en un ascensor, con él apoyando tiernamente sus manos en la barriguita de ella, lo que para muchos era un gesto más que indicativo de que ahí se estaba gestando algo más que amor.

Sin embargo, tras el revuelo que se desató, ella desmintió las habladurías y dijo molesta a los micros de una agencia: "Son un poco indignantes porque estoy en plena operación biquini". Ahora, con más calma, ha vuelto a hablar sobre el tema en una entrevista ofrecida a Vanity Fair con motivo de la presentación de sus nuevos diseños como directora creativa de Pedro del Hierro. Así, sobre los rumores de embarazo a los que se tiene que enfrentar, ha dicho: "Es cíclico. El otro día me encontré con un vecino y me dio la enhorabuena", dijo antes de confesar que las felicitaciones, sin embargo, no son sólo para ella: "A mi madre le pasa todo el tiempo. El otro día me decía: "¡Espero ser la primera a la que se lo cuentas, eh!", y yo le decía: "Bueno, primero a Íñigo, ¿no?", y ella: "No, no, primero a mí" (risas)".

Ante esta situación, Tamara ha reconocido: "Yo tengo cero presión. Tengo muchísima fe y si tiene que ser, será. Y si no, pues hay muchas formas de ser feliz. Yo siempre he dicho que me encantan los niños y que quiero tener una familia, pero no creo que fuera una persona amargada si no se diera. Me estoy cuidando, estamos los dos sanos, estamos disfrutando mucho. Si viene, bien; y si no, también".

Mientras, lo cierto es que la marquesa de 42 años, que el próximo 8 de julio celebrará su primer año de matrimonio con Íñigo, está feliz: "El matrimonio está resultando un viaje precioso. Hay gente que me dice que los dos primeros años son los más complicados, pero el primer ha sido fantástico, así que no estoy para nada de acuerdo", dice a Vanity Fair Tamara, la cual le ha puesto como nota a su marido un 9,5 y cree que lo mejor de este año ha sido tener "el sacramento detrás bendiciendo la relación". "Para mí eso es clave porque realmente noto que Jesús está ejerciendo su fuerza. Todas las discusiones o conflictos que puedas tener, teniendo fe".