Belén Rueda confiesa qué le hizo superar la muerte de su hija María: "Si ella bajara, me diría..."
- La actriz se ha abierto en canal ante el micro de Vicky Martín Berrocal, donde ha confesado que en aquel momento no hizo terapia, pero sí la necesitó cuando el duelo por la pérdida de su niña se unió al de la muerte de su padre
- Según dice, pasó por todos los estados: negación, enfado, rabia, sensación de injusticia... Pero su familia le dio razones "para seguir viviendo"
- En el amor, confiesa: "No quiero ser el centro de nadie"
Informalia
Más serena y fuerte que nunca, la actriz Belén Rueda ha sido esta semana la protagonista del podcast A solas con… de Vicky Martín Berrocal, donde se ha abierto en canal para hablar sobre sus inicios, la relatividad del éxito de su profesión, cómo vive el amor o cómo pudo superar algo tan duro en la vida como fue la pérdida de su hija María en 1997 a causa de una cardiopatía cuando la pequeña sólo tenía once meses de vida. La intérprete, ex mujer de Daniel Écija, por primera vez se ha abierto así de una forma tan sincera -y en muchos momentos de una manera muy emocionante- para rememorar este hecho tan doloroso en su vida.
Ante la pregunta de la diseñadora de cómo una puede vivir tras algo así, ella confesó: "Pasas por fases. Al principio es negación absoluta de que eso haya ocurrido, tienes la sensación cada día que te levantas de que va a estar; de que no puede ser verdad, te enfadas y tienes mucha rabia contra todo el mundo en general, piensas que es injusto. Porque no es natural".
Además, confesó lo duro que fue hacerle entender a su hija Belén, que entonces tenía 3 años, que su hermanita no iba a volver. "A esa edad los niños no entienden la totalidad. El 'nunca volverá' no les sirve, al día siguiente te preguntan dónde está. Entonces te das cuenta más profundamente de la injusticia de algo así. No pasa eso si a lo mejor es un abuelo el que ha cubierto su faceta de vida y desaparece. No preguntan de la misma manera. Son diferentes formas de vivirlo, piensan que les va a ocurrir a ellos también y tienen ansiedad de que los abandones. Porque ellos lo interpretan como un abandono. Así que continuamente ves a tu alrededor esos sentimientos injustos, y estás enfadado con el mundo. En ese momento tú crees que lo estás llevando bien porque te levantas cada día, porque nos unimos mucho en la familia y te dan razones para seguir viviendo. Y ves que estás bien porque está la otra hija y tienes que salir adelante. Ahora, el duelo hay que pasarlo, y la única forma de pasar el duelo es hablándolo. De verdad, no hay otra", confesó.
Sin embargo, la ganadora de un Goya por Mar adentro no requirió en ese momento la ayuda de psicólogos: "Es curioso, no fui a terapia cuando faltó mi hija pero al poco tiempo falleció mi padre también y dije: 'Demasiado'. A veces crees que la vida se te va contigo..." explicó. Además, aconsejó: "El dolor tienes que llorarlo, pensarlo, tener rabia, otros días ilusión… Pero hay una frase muy bonita que leí: 'Ten cuidado con que tu alegría no sea de cristal y tu dolor de hierro'. Es una frase que te explica que el dolor tienes que sentirlo, tienes que vivirlo, es necesario expresarlo, compartirlo, vivirlo sola… Pero cuidado con alargarlo demasiado porque sientas que estás traicionando a esa persona que físicamente ya no está contigo. Porque hay una cosa que es verdad: ella sigue conmigo pero de otra manera".
En ese punto de la charla, hablando ya desde una profunda emoción, la protagonista de Los Serrano reconoció que a ella le ha ayudado imaginar a su hija a su lado, porque lo que le diría sería: "No me olvides sufriendo. O no me olvides por las cosas alegres. Vive por mí, que yo no he podido".
En la charla, de casi una hora de duración, Belén le confesó a Vicky que ahora es feliz, aunque puntualizó: "También te digo un cosa, pero no puedes ocuparte en buscar la felicidad, porque te estás perdiendo la vida. La felicidad es estar en paz conmigo misma, con los seres que quiero. Y para mí ahora la paz es muy importante".
La actriz de 59 años, que se crio en Alicante, estudió Arquitectura porque reconoce que en su casa pudo más la sensación de seguridad que daban los estudios. Su padre era Ingeniero de Caminos y su madre profesora de ballet.
Rueda también dedicó algunas palabras al amor, aunque obviando hablar de relaciones. Divertida, confesó lo que sus hijas le comentan siempre que arranca una relación: "Ellas me dicen 'mamá, el primer año se está de promoción'. Yo se lo digo de otra forma: el primer año ni tú eres tú ni la otra persona es la otra persona porque estás intentando enamorar", dijo antes de continuar: "Lo que pasa es que el amor a veces es un poco tramposo porque nos han enseñado que el amor es entrega absoluta, que no eres tú, que sois solo uno. No, hijo, no. Para que el amor realmente funcione deben ser dos personas que caminen en paralelo. Y eso de 'tú eres el centro de mi vida' es terrorífico… ¡No! No quiero ser el centro de nadie. Hay que respetarse y cuidarse, pero no quiero ser el centro de la vida de nadie", dijo antes de concluir: "Hay que saber querer bien. Saber querer bien primero es respetarte a ti misma y no olvidarte de ti".