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Dolores Delgado y Baltasar Garzón se preparan para su bodorrio de tres días en la finca andaluza de Enrique Ponce
- La ceremonia tendrá lugar en la finca La Cetrina después de que se casaran por lo civil en diciembre de 2023
- El mediático juez y la fiscal del Tribunal Supremo llevan suman tres años de amor y 30 de amistad
Informalia
Baltasar Garzón (68) y Dolores Delgado (61) cuentan las horas para dar un paso más en su relación, un vínculo que empezó hace ya 30 años con una amistad que se mantuvo en el tiempo mientras ambos estaban casados, y que después tomó otra forma. En 2020 fueron vistos en actitud cariñosa y, poco después, se confirmó su noviazgo. Así, el pasado 3 de diciembre se casaron por la vía civil, y este sábado celebrarán su enlace con una ceremonia que reunirá a sus íntimos en Jaén.
La fiesta nupcial se alargará tres días. Los invitados, entre los que estarán Ana Belén y Víctor Manuel, llegarán de todas las partes del país y serán recibidos por los novios con al menos tres comidas: la cena del viernes y, después, el almuerzo y la comida del sábado. Ese día se casarán en la finca La Cetrina, propiedad de Enrique Ponce, que vivió allí con su exmujer, Paloma Cuevas. El padre de Ana Soria, actual novia del torero, fue quien recomendó el lugar a su amigo Baltasar Garzón, según informan algunos medios, que también afirman que el evento será de carácter privado.
La finca está en Jaén y cuenta con un terreno de 900 hectáreas. Se alquila para eventos a 5000 euros el fin de semana, aunque el citado diario baraja la posibilidad de que sea un 'regalo' para los novios por parte de Ponce y la familia Soria, dada su cercanía. Cuenta con un edificio principal de tres plantas: en la baja se sitúa la capilla, un gran salón y varios dormitorios, además de una cocina abierta, dos despachos y una sala de billar. En la planta alta hay cinco dormitorios, cuatro baños y un vestidor. En el sótano, una bodega de escándalo. Entre sus peculiaridades, una réplica de la puerta grande de la Maestranza de Sevilla y una gran piscina en forma de capote. También tiene una plaza de toros donde los novios podrían celebrar una capea.
La relación sentimental de estos dos pesos pesados del sistema judicial en España se dio a conocer con unas fotografías en las que aparecían muy acaramelados en un viaje a Italia, algo que impactó no solo por los perfiles sociales que representan, sino también porque los dos dejaban atrás matrimonios consolidados.
El que fuera uno de los jueces más populares de España y la fiscal se conocen desde la década de los 90, cuando ella fue destinada a la Audiencia Nacional y el era titular del juzgado número 5 por la Operación Nécora. A partir de entonces forjaron una gran amistad que, más tarde, pasó a ser algo más.
Una relación muy discreta
Garzón y Delgado son muy discretos a la hora de exponer su relación sentimental, aunque la conexión entre ellos, especialmente cuando comenzaron a salir, siempre ha sido muy evidente. Una muestra de ello fue cuando en 2020 fueron vistos en actitud cariñosa en el restaurante trattoria Bacco in Trastevere de Roma. Después se publicaron unas fotografías donde aparecían juntos en el aeropuerto de Fiumicino.
Durante su amistad ambos estuvieron con otras personas. No obstante, las cosas cambiaron para ellos con el tiempo. Hace tres años la fiscal se divorció de Jordi Valls Capell, exdirectivo de El Corte Inglés y fotógrafo profesional de paisajes, con el que tuvo dos hijos. Llevaban casados desde el año 1986. Por su parte, Garzón firmó la separación con la madre de sus tres hijos, la bioquímica Rosario Molina, en 2021. Con ella contrajo matrimonio en el año 1980.
Su vida en Madrid
Según pudo confirmar en primicia este digital, los dos conviven desde hace más de un año en la urbanización Ciudalcampo, a las afueras de Madrid, considerada una de las más bonitas y seguras en cuanto a privacidad: hay más de 30 cámaras de vigilancia, que garantizan a los personajes que la han elegido privacidad, pero también tranquilidad.
Garzón y Delgado comparten pasiones e ideología -los dos se aproximan al socialismo- y durante décadas han coincidido en juicios, conferencias y comidas. También han vivido juntos buenos y malos momentos. Entre ellos, cuando en 2012 el juez fue juzgado y condenado a 11 años de inhabilitación por las escuchas ilegales cuando investigaba la corrupción del Partido Popular en el caso Gürtel.