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Giro inesperado: Daniel Sancho pierde a un importante testigo a una semana del juicio


Informalia

A solo una semana de que arranque el juicio por el asesinato Edwin Arrieta en Tailandia, este martes se han dado a conocer nuevos detalles sobre los testigos que participarán, a partir del 9 de abril, en el procedimiento por el que la fiscalía asiática solicita la pena máxima para Daniel Sancho, autor confeso de los hechos.

Tras varios aplazamientos, la última vista se celebró el pasado 12 de diciembre y acabó con una lista de 57 testigos de cara al juicio final. No obstante, finalmente serán una treintena de personas las que testificarán: 28 por parte del chef y dos por parte de la familia de Arrieta. Se incluye aquí a los padres de la víctima, que declararán como una única persona.

De esta manera, la defensa acudirá con, al menos, 27 testigos, aunque no se descarta que pueda incluir alguno más antes de que se celebre el juicio, que tendrá lugar en la isla de Samui, donde Daniel Sancho se encuentra en prisión desde el pasado 7 de agosto.

Cabe decir que, aunque en un principio estaba citada a declarar, finalmente la exnovia de Sancho ha renunciado a hacerlo. Tampoco se podrá escuchar a una de las amigas del acusado ni a un psiquiatra que confirmó su participación en un primer momento, tal y como han informado desde Juntos.

El juicio se celebrará a lo largo de 15 días laborables comprendidos de martes a viernes, teniendo en cuenta que, atendiendo al código procesal de Tailandia, el juez podría dar por finalizado este proceso en cualquier momento. Esto dependerá de "si considera que tiene suficiente como para determinar la condena de Daniel Sancho, es decir, si es culpable o inocente de este asesinato". "Tenemos que recordar que en este país los delitos de sangre son condenados hasta con condena de muerte", han añadido desde el espacio de Telemadrid.

A Daniel Sancho lo acusan de asesinato premeditado y ocultación de cadáver, aunque él solo ha admitido el segundo de los delitos. La versión del chef español es que el cirujano colombiano falleció de forma accidental en un forcejeo entre ambos cuando él quiso dar por finalizada su relación íntima.

Las claves del juicio

Durante el proceso, el hijo de Rodolfo Sancho estará defendido por un abogado tailandés y este, a su vez, apoyado por un equipo de profesionales españoles que el actor contrató. Se trata de los reputados Marcos García Montes, Ramón Chippirrás y Carmen Balfagón. Esta última, además, participará en el juicio como perito, tratando de demostrar la mala praxis de la policía tailandesa al mando de Big Joke, el número dos que llevó a cabo la investigación y que ahora ha sido detenido por corrupción. Aseguran que engañaron a Daniel para que confesara prometiéndole falsedades, como que sería extraditado a España, que le obligaron a firmar una declaración en tailandés que no entendía y que le llevaron a reconstruir los hechos sin compañía de traductor ni letrado.

La defensa de Sancho y los testigos que ha reunido hablarán sobre el estado anímico del chef antes de viajar a Tailandia para corroborar su testimonio: Edwin le amenazó con compartir imágenes y vídeos sexuales para mermar su reputación y la de su familia si lo abandonaba, como era el deseo de Daniel. En su primera declaración, el español ya desveló: "Me tenía en una jaula de oro, me obligó a hacer cosas que no quería. Me amenazó a mí y a mi familia. No tuve otra alternativa". Además, la defensa también presentará como prueba la denuncia que Edwin Arrieta tenía por haber acosado a un hombre en Venezuela.

Además, presentarán vídeos y fotografías para apoyar la teoría de que Daniel compró cuchillos y sierras para cocinar con troncos y cocos. Estos objetos son el eje central sobre el que gira la teoría de la premeditación que defiende la fiscalía: Daniel llevó a Edwin a Tailandia con la intención de asesinarlo y por ello adquirió los utensilios con los que descuartizó el cadáver en 14 partes unas horas antes de matar al cirujano.

Es por ello que la fiscalía ha querido llevar como testigos a la dependienta de los grandes almacenes que atendió a Daniel, la dueña de la empresa de kayaks y la de las motos de alquiler, así como los dueños de los bungalows en los que sucedió todo, a los que, presuntamente, Daniel pidió permiso para grabar vídeos de cocina. Por el momento, estos testigos no se han echado atrás.