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Ponce, centrado en su hijas y en su casa de lujo con Ana Soria: "Quiere recuperar el tiempo perdido"


Informalia

Desde que la vida del diestro cambiara en 2020 por su separación de Paloma Cuevas y su noviazgo con Ana Soria (25), Enrique Ponce (52) ha pasado mucho menos tiempo que antaño con sus dos hijas, Palomita y Bianca. El torero reapareció el pasado jueves en un evento acompañado por su hija mayor.

Su reaparición también estuvo marcada por los nuevos rumores de crisis que afloraron en los últimos días y que han vuelto a poner en el punto de mira su relación con Ana. "Estoy bien", se limitó a decir el de Chiva ante la prensa.

Hay que recordar que los rumores afloraron a raíz de que desaparecieran algunas fotos del torero en el perfil de Instagram de la joven. La propia Ana Soria desmintió la supuesta crisis: "He archivado muchas fotos porque estaban editadas diferentes y a él lo tengo en destacadas. Sinceramente, ya me da igual lo que digan. Me dio el TOC de tenerlas igual editadas", dijo la semana pasada en Así es la vida.

E insistió: "De verdad que todo bien. Apoyándolo a muerte". Este viernes, además, la historia dio un giro de 180 grados, pues no solo se descartó una crisis sino que están mejor que nunca: "Se están contruyendo una casa de lujo y suenan campanas de boda", aseguró Almudena del Pozo. Los dos viven su historia de amor en Almería, donde el torero ha encontrado su nuevo hogar en el mundo.

Ya se han cumplido tres veranos desde que comenzaran a gritar su amor a los cuatro vientos. Su relación se destapó en julio de 2020, inmediatamente después de que saliera a la luz la separación de Ponce y Cuevas tras casi un cuarto de siglo casados. Estos años han estado marcados por sus idas y venidas de las redes sociales, donde llegaron a empalagar con sus constantes muestras de cariño. Uno de los peaks de su relación llegó en mayo del año pasado, cuando acudieorn a El Hormiguero para alardear su amor y responder a las críticas por su diferencia de edad.

Al mismo tiempo, la otra prioridad del matador son sus dos hijas. "Él lo que quiere es recuperar el tiempo perdido con sus dos hijas, tanto con Paloma como con Bianca", explican en El cierre digital. El pasado jueves, como decíamos, acudió con Paloma (ya toda una adolescente) a un evento taurino, a una tertulia de la Asociación El Toro de Madrid.

Además, a lo largo de este año consumirá su retirada de los ruedos, por lo que también está muy volcado en su preparación física: "Él lo que quiere es despedirse por la puerta grande ya que con la pandemia no pudo hacerlo. Lo que él pretende es que en su retirada no le piten ni le silben. Él quiere demostrar su toreo". Todo apunta a que su despedida tendrá lugar en otoño, en ferias como la de Madrid, la San Miguel de Sevilla o la de San Lucas de Jaén.