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La tensa discusión del torero Juan Ortega y su 'suegro' que dinamitó la boda: "Ya lo habéis conseguido"
- El diestro canceló en enlace media hora antes del "sí, quiero"
- La familia de la novia, furiosa: exigen al torero que corra con los gastos de la boda
Informalia
La 'espantá' del diestro media hora antes de su boda con la cardióloga Carmen Otte dejó a sus 500 invitados ojipláticos, aunque las últimas informaciones apuntan a que los más cercanos sabían de las dudas de Juan Ortega y de su desacuerdo con la organización del enlace. Amigos, la propia novia y sus padres, con los que el diestro comenzó a tener discrepancias un año antes del enlace.
Tal y como publicamos este lunes, Juan Ortega no quería casarse pero lo hizo ante las presiones de la familia Otte. Este hecho había provocado no solo discusiones entre los novios sino también entre el torero y el que iba a ser su suegro, con el que protagonizó una tensa discusión a primeros de noviembre. "No querrás tanto a nuestra hija cuando has tardado tanto en pedirle matrimonio", le echaba en cara el patriarca. "Al final habéis conseguido lo que queríais, casarnos cuando vosotros habéis querido y como vosotros habéis querido", respondía el novio.
El agrio intercambio de mensajes, que ha mostrado TardeAR, pone de manifiesto que la tensión se cortaba con cuchillo: "Antes de la boda van a confesarse y ahí Juan lo ve claro, sabe que no tiene que casarse. Carmen sabe que algo está pasando y llegan tarde y muy serios a la preboda, porque habían tenido una conversación sobre esto", han desvelado. "Ella propone que disimulen, que se lo pasen bien en la fiesta de la preboda, pensando que son los nervios del momento. Pero él se va a dormir ese viernes sabiendo que no se casa al día siguiente. De hecho, a las nueve de la mañana, llama a sus padres y a sus amigos para decírselo, hace la maleta y se va a Sevilla". Y añaden: "De hecho, son sus amigos los que se van al hotel de la novia para comunicarle la decisión de Juan, a petición de él, porque no se atreve a enfrentarse a todos".
El entorno de ambos afirma que están destrozados. No solo la novia, plantada en el altar, sino también él: "No ha sido por falta de amor, se quieren mucho", aseguran. "Ella lleva cinco días en la cama sin parar de llorar pero no solo por el plantón, sino porque se arrepiente de no haber parado a su padre y haber hecho caso al novio cuando se lo pidió". Aun así, apuestan por ellos: "Se van a reconciliar, ha sido un problema familiar pero ellos se quieren y quieren estar juntos".