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Marina Castaño dispara contra el hijo de Camilo José Cela y niega haber heredado un pastizal: "No había nada, solo cacahuetes"

  • La periodista charló con Risto Mejide sobre el escritor, con quien compartió su vida durante diecisiete años.

Informalia

Camilo José Cela, fallecido el 17 de enero de 2002 a los 85 años, compartió los últimos diecisiete años de su vida junto a la periodista Marina Castaño, a quien sacaba 42 años. En su conversación con Risto Mejide, que de diferencias de edad sabe un rato, habló de cómo conoció al Premio Nobel de Literatura y de sus técnicas de seducción. También le lanzó un dardo al hijo del escritor, con quien su padre y ella no guardaban buena relación y con quien tuvo encontronazos por la herencia.

"Lo conocí con 26 años y él 68. A ti eso te llama la atención ¿o no mucho?", le preguntó Castaño a Risto en mitad de su conversación. "A mí no, pero a mucha gente sí", le respondió él. "Si estuvimos tan unidos es porque encontrábamos natural las cosas naturales de la vida, la atracción entre un hombre y una mujer no tiene por qué tener edad", añadió ella.

En este sentido, desveló también las técnicas de seducción empleadas por él. Se conocieron en un viaje de trabajo, en el que ella estaba convocada como periodista. "Él me sedujo, él sabía hacerlo. Él fue hombre de muchas mujeres", dijo. "Ligó en el restaurante anexo. Yo veía que desde la mesa de al lado me miraba. Y por la noche hubo una cena. En esa mesa entre nosotros estaba Rosa María Mateo, decía una cosa que escandalizaba y miraba a ver qué efecto había hecho en mí. Terminó esa cena. Me fui con un grupo de periodistas a tomar copas por Santiago".

El roneo continuó: "Al almuerzo en el convento de San Francisco, en la mesa, me dice 'vente aquí a mi lado'. Y le dije no, tengo que estar en la mesa de periodistas. 'Quítate las gafas'. Digo no, es que me acosté tarde. Y me dijo 'hija mía en tan malos pasos estamos'. Era un seductor. Nos sentamos y me rozaba la pierna debajo de la mesa. Rodilla con rodilla. Y yo decía serán cosas mías, pero me estaba rozando la rodilla aposta y a partir de ahí la eternidad... El teléfono... Me llamaba todos los días a la radio y a partir de ahí 17 años de vida".

También desveló la predicción que el autor hizo sobre ella: "Un día estaba paseando con Rafael Montesinos y le dice 'verás que un día me van a dar un Nobel y voy a ir a recogerlo con una mujer muy joven y muy guapa' y dice 'quién es'. Y dice 'ella todavía no ha nacido".

Marina Castaño no salió de su asombro al enterarse: "Cómo puedes planificar sobre alguien que no había nacido... A lo mejor fue una broma pero la broma acabó siendo realidad". Tanta realidad que al final fue ella la que le acompañó a recoger el Nobel de Literatura en 1989 protagonizando una imagen histórica.

Camilo José Cela estuvo casado entre 1944 y 1990 con María del Rosario Conde Picavea, que ya tenía pensado el vestido que luciría para acompañar al Nobel a recoger el título. Sobre esto, Castaño apuntó: "Fue conversación entre ellos. Probablemente ella no se daba cuenta de que lo nuestro no era una frivolidad. Él dijo voy a recoger el premio con una mujer que no es mi mujer legítima, pero lo será. Y le dijeron usted viene a recoger el premio con quien considere. Es que vivíamos juntos desde hacía un año. Vivíamos en la clandestinidad".

El dardo al hijo de José Camilo Cela

Las rencillas de la viuda con el único hijo del autor de La colmena, Camilo José Cela Conde, fueron latentes durante la relación, hasta el punto de que la periodista volvió a señalarle este miércoles en el programa de Cuatro: "Fue muy ingrato, nunca se ocupó de él, ni le llamaba para un 'cómo estás papá'. Jamás. Con su padre, no ya conmigo que no tiene que portarse bien conmigo porque no nos une nada". Castaño asegura que solo se preocupó tras su muerte: "Claro, se preocupó de los intereses económicos. De ver qué podía sacar de aquí y de allá. Pero eso también es de pequeña gente".

Tras el fallecimiento de Camilo José Cela, se comentó que Castaño heredó la principal fortuna. Hay que recordar que por el título de Nobel se embolsó en su día un cheque de tres millones de coronas suecas, unos 54 millones de pesetas de la época. Ella, en cambio, niega haber heredado cinco millones y medio de euros: "¿Tú te lo crees? Ya me gustaría. Él creía que sí, pero se debió llevar un chasco muy grande". Y añadió: "No había nada, cacahuetes".

Así las cosas, disparó contra Camilo José Jr.: "El importante era mi marido no él. Creo que lo vi dos o tres veces toda la vida. Qué puede interesarte una persona que solo has visto dos veces, muy poco".

No obstante, sí habló del dolor con el que según ella murió su marido: "No puedo opinar de los sentimientos del que fue mi marido. Lo que sí tenía era un inmenso dolor porque no hubiera una relación más estrecha. Al final el contacto es lo que hace el cariño. Y a él le dolía no tener ese contacto. Tener una nieta y no conocerla".

La herencia de Camilo José Cela

No obstante, hay que recordar que Marina Castaño fue protagonista del contencioso que mantuvo con la familia Cela por el testamento del escritor gallego y que el Tribunal Supremo en 2014 falló a favor del hijo del autor. La herencia superaba los ocho millones de euros.

El Nobel dejó a la fundación que llevaba su nombre y a su viuda toda su herencia y su hijo peleó en los tribunales para conseguir lo que por ley le correspondía. Tras años de litigios, la justicia dio la razón al hijo y obligó a la periodista a que le entregase 3,9 millones de euros en concepto de compensación.

La vida después de Camilo José Cela

Desde 2013, Castaño está casada con el cirujano cardiovascular Enrique Puras Mallagray: "Han pasado casi 22 años desde que se fue, estuve nueve años sin nadie en la vida, trabajando, saliendo con amigos. Lo peor son los dos primeros años que te cuesta asumir la soledad, la tristeza profunda que te produce el vacío de ese amor, luego pasa el tiempo y el ser humano se recompone".

De esta forma, con el médico recuperó la ilusión en el amor: "Al cabo de nueve años conocí a una persona extraordinaria, que me da mucha felicidad, y sobre todo ha sabido entender mi vida, y que la respeta, y que me ama y nos profesamos mucha fidelidad el uno al otro". Debido a su boda con el cirujano, perdió el título de marquesa de Iria Flavia.