Nuria González no descarta emprender acciones legales tras algunos comentarios sobre su vida privada
Informalia
Fernando Fernández Tapias se casó en primeras nupcias con Victoria de la Riva Suardíaz, Chiqui, hija de un importante naviero y madre de sus primeros cuatro hijos. Su segunda boda fue con Juana García Courel, madre de otros dos hijos (Sandra y Juan Carlos), y ese segundo divorcio, en 1997, fue uno de los más 'caros' de la historia de España hasta entonces: 2.000 millones de pesetas (12 millones de euros) para su ex mujer, sin contar propiedades inmobiliarias.
Con Nuria González, su tercera esposa, llevaba más de dos décadas pero medios como El Mundo dicen que el empresario estuvo a punto de acabar con este tercer matrimonio. Fefé llegó a Nuria González después de su tormentoso romance con Mar Flores, que acabó con el escándalo mayúsculo de la portada de Interviú en la cama con Lequio. Aquella imagen del italiano con la mujer que él amaba, en la cama de un hotel de Roma, dejó devastado a Tapias.
Dicen que después de aquella humillación, Nuria González, amiga y socia de Mar, llamó a Tapias para ser el hombro en el que llorar y apoyarle. Pero aseguran que Fefé nunca olvidó a Mar Flores, y que incluso habían retomado el contacto y hablaban por teléfono de vez en cuando, hasta que alguien impidió al empresario comunicarse con ella, según ha dicho la periodista Marina Pina.
Dice María Eugenia Yagüe en El Mundo que "el matrimonio de Tapias y Nuria González no ha sido tan idílico como lo han presentado las revistas del corazón". Cita la periodista como testigos de las desavenencias entre el naviero y Nuria a amigos y conocidos del matrimonio. Hablamos de "improperios verbales" contra ella. Pero hay más: le decía, literalmente: "Eres una paleta, te voy a meter en el autobús y mandarte a Palencia". También relata el periódico que Fefé llegó a apartarla de su lado con malas palabras cuando fue ingresado en la UCI. En 2012, Fefé encargó a sus abogados que prepararan los papeles del divorcio y no fue la única vez. Solo el miedo a la soledad y a perder a sus hijos menores le impidieron oficializar el fin de su tercer matrimonio.