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Jorge Javier habla largo y tendido de la boda de Isa Pi tras ser acusado de montajista: "Lloré mucho"


    Informalia

    Jorge Javier Vázquez fue uno de los invitados estrella a la boda de Isa Pi, incluso ejerció de padrino de la hija de Isabel Pantoja y aparece con ella en la portada de su exclusiva. Tras ser acusado de montajista por abandonar la boda demasiado pronto, cuando el grueso del reportaje fotográfico ya estaba más que hecho, el presentador de Badalona ha escrito una carta en la que ha explicado cómo se lo pasó en una de las celebraciones del año.

    "Al ser el padrino, tuve la oportunidad de pasar un par de horas con la novia antes de que se iniciara la ceremonia. Qué nerviosa estaba. No podía ni hablar. Sobre todo momentos antes de encontrarse con Asraf", escribe el comunicador este lunes en su blog de Lecturas. 

    Durante la boda, celebrada este viernes 13 de octubre, Jorge se emocionó especialmente: "Lloré mucho durante el enlace. Y mira que no pensaba yo que iba a hacerlo, pero es que todo lo que sucedió la tarde del viernes rezumaba verdad. Brilló por su ausencia el postureo, la pose, el bienquedismo. Salió a hablar Anabel Pantoja y ya se me puso un nudo en la garganta cuando hizo referencia al momento en el que conoció a Isa". 

    No fue el único momento emotivo: "Con decir que hasta Dulce, que no ha sido llamada por el camino de la oratoria, estuvo bien, está dicho todo. Dijo Isa al terminar la ceremonia que todos los que estábamos allí ocupábamos un lugar en su corazón. Hablo por mí: también Isa ocupa un lugar en el mío". Con este plantel, parece que no echaron en falta a la madre de la novia y a Kiko Rivera en ningún momento. 

    El ex presentador de Sálvame y Cuentos chinos está muy orgulloso de la trayectoria personal que ha seguido Isa Pi, que de ser una joven con mil pájaros en la cabeza se acabó convirtiendo en una mujer con los pies en la tierra: "Yo diría que lo suyo es un ejemplo de cordura y templanza. Podría haber escogido el camino del escándalo e inflarse a protagonizar exclusivas poniendo de hoja de p rejil a la plana mayor de la estirpe de los Pantoja. No lo ha hecho porque sabe que, protegiendo a su familia, se protege también a sí misma. Porque la vida también va de esto: de sufrir lo menos posible".

    Tras el "sí, quiero", llegaron los momentos de celebración y diversión. "Durante el cóctel estuve de cháchara con Carmen Borrego y Lydia Lozano. Qué alegría me da ver a mi gente. Han sido tantos años juntos. Es como reencontrarse con esa familia a la que no ves muy a menudo pero que sabes que puedes tirar de ella en cualquier momento porque no te van a defraudar. Las vi muy bien. Divertidas. En plena forma en cuanto a lo de lanzamientos de pullas se refiere", añade. 

    Durante la noche, Jorge también tuvo tiempo para echar una ojeada a los chicos allí presentes: "Empieza a caer la noche y veo a la gente atizarse copas de vino tinto. Qué chicos más guapos. Hay uno con barba que está especialmente bien. Y otro sin ella con unos ojos preciosos. Carmen me anima a cambiar el vuelo y quedarme. Me lo pienso. No. Mejor me voy. Me conozco y a saber cómo me despierto mañana".

    Finalmente, el presentador abandonó la fiesta pronto y puso rumbo a casa, donde le esperaba Paco: "A las once de la noche entro en mi casa y está P. esperándome. Cuando estuve con él jamás se nos pasó por la cabeza la idea de casarnos porque ninguno era partidario", recuerda.

    Sin embargo, tras la boda de Isa Pi y Asraf Beno, le ha entrado el gusanillo de una posible boda, aunque le falta el prometido: "Pero después de lo que he visto hoy, pues yo qué sé. A lo mejor, quién sabe, si apareciera alguno que me lo pidiera. Aunque no sé yo, porque me pasaría toda la ceremonia llorando como una magdalena. Igual le doy una vuelta a la idea. Ahora que lo pienso, tampoco estaría de más que para casarme apareciera un pretendiente".

    Dos días antes de la boda, el comunicador también le escribió una carta a Isabel Pantoja en la que le animó a ir a la boda de su hija porque se iba a arrepentir en un mañana. Tal y como se esperaba, la folclórica ni asomó por allí.