Ainhoa, novia de Gustavo, agobiada y alucinada con la reacción de las Campos
Sara Tejada
La novia del chófer de la difunta María Teresa Campos siempre ha sabido que de Carmen y Terelu no se podía fiar pero, tras ver su reacción a la entrada de Gustavo a GH VIP, le ha quedado mucho más claro. Ainhoa, el amor del chófer de la gran presentadora fallecida el pasado 5 de septiembre, sale con el actual concursante del reality desde hace algo más de dos años.
Ainhoa ha dejado de defender a su chico en el plató, renunciando a casi 3.000 euros mensuales, como ya hemos adelantado. Ella no sabía cómo reaccionar cuando Alejandra Rubio, supuestamente en nombre de su tía y de su madre, aseguró que no estaban de acuerdo con la entrada de Gustavo al concurso y que además él no les contó nada.
"A mí me han dicho que se lo olían porque había rumores, se lo preguntaron y él dijo que no. Así que cuando se lo dijo después del funeral de mi abuela, pues bueno, sería por el contrato de confidencialidad pero nunca hubo una llamada para animarle ni nada de eso fue por otra cosa y de paso le dijeron que llegara a la final. Pero este señor se dio de bajo el 29 de septiembre después de 34 años trabajando con mi abuela por mail. Mi madre no daba crédito porque estuvo con él toda la mañana y no le había dicho nada. Y eso de que ha estado trabajando gratis yendo a ver a mi abuela cuando ya se había despedido no es verdad. Pidió ir a verla y, por supuesto que podía ir cuando quisiera", dijo Alejandra Rubio.
Ainhoa se sentó en el plató del debate, con Ion Aramendi al frente, porque su novio quiso que ella lo hiciera. Terelu y Carmen le habían dicho que no, así que Gustavo consideró que era la mejor opción. Aunque ahora Carmen Borrego, repescada para telonear a Ana Rosa Quintana en el programa de Sandra Barneda, tiene púlpito desde el que mortificar al 'hijo' de su madre.
Pero es Ainhoa quien ha estado al
Al lado de Gustavo día y noche, y le conoce muy bien. Además, también ha vivido sus idas y venidas con las hijas de Teresa Campos y sabía que podía defenderle de todo. Gustavo ha cuidado como nadie a la comunicadora a la que todos echamos de menos pero es que con sus hijas ha tenido sus más y sus menos. "Él se quedó muy decepcionado con todo lo que pasó meses atrás en Sálvame. Que Terelu y Carmen dejaran que se le cuestionara y le criticaran de esa manera tan brutal cuando las dos saben cómo ha querido y cuidado él a Teresa durante los últimos 34 años", nos dicen.
Desde aquel momento las relaciones se enrarecieron y él ya empezó a planear un futuro fuera del clan Campos. Sabía que Teresa estaba muy malita y que cuando ella se marchara se quedaría sin trabajo. Era una cuestión de organizar su vida no de dejar tirado a nadie. De hecho, él estuvo ahí al pie del cañón hasta el ultimo día. Y es más, entró en la casa de Guadalix súper agradecido y reconciliado con Carmen y Terelu por cómo le hicieron sentir en el adiós a su madre. "Sintió cariño, afecto y lo que habría querido su jefa, que estuviera como uno más de la familia, como un hijo más. Le llamaron, estuvo en el hospital, no se movió de allí, viajó a Málaga, le dieron su sitio, comió con ellas… Es que de verdad pensó que todo lo que había pasado se quedaba atrás. Por eso cuando salga y vea lo que ha pasado se va a llevar una gran decepción", nos dicen.
La misma que ha sentido Ainhoa, que desde le pasado jueves no sale de su asombro. Tanto que incluso ha renunciado a su faceta de defensora de Gustavo. De momento, como ya hemos apuntado, no va a ir más al plató. No tiene fuerzas, no controla la tele, le superan las críticas y le aterroriza hacerlo mal y perjudicar a su novio. Creía que las hermanas Campos iban a apoyarle y a darle ánimo público. No a machacarle así. De hecho hasta quiso aclarar lo que pasó realmente con la baja voluntaria. "Él presenta la baja porque sus funciones de trabajador ya no son las que eran. Y en esa carta les dice que no quiere ser una carga económica para ellas", asegura Ainhoa. Y matiza: "En los últimos meses él no se había sentido bien. No se sentía querido. Ha habido momentos que era familia y otras el chófer".
Según nos cuentan, Gustavo les hizo un favor a las Campos dándose de baja, fuera por el motivo que fuera. No cobró indemnización ni nada parecido y no se separó de Teresa hasta el último momento. De hecho, él lo está pasando muy mal por su marcha. Siente una tristeza profunda. No hay nadie que la conociera como él. Y sabía que su sueldo no era algo que sus hijas pudieran asumir mucho tiempo más. De la misma manera que sabía que no estaría en el testamento. No había mucho. Esa es la realidad.