Kalina de Bulgaria: la verdad sobre el accidente de tráfico y su incidente con la policía
Martín Alegre
Ni una rozadura en el coche, ni exceso de alcohol en la conductora. El supuesto accidente de Kalina de Bulgaria en el país de su padre, el rey Simeón, donde la princesa reside con su marido Kitín Muñoz y su hijo Simeón, ha sido todo un despropósito por parte de un vigilante e seguridad y de la prensa búlgara.
Este domingo, se daba la noticia de que Kalina había salido en su coche en busca de uno de sus perros, que se había perdido y durante una parada en una restaurante. Al volver al coche, la conductora lo había empotrado contra la barrera del aparcamiento. A causa del accidente, la policía le había hecho una prueba de alcoholemia y había dado positivo.
Lo cierto es que no hubo tal choque, sino una rozadura al arrancar, que no dañó al vehículo ni a la barrera del parking. Pero un vigilante del aparcamiento se acercó de muy malas maneras al coche, le quitó las llaves del vehículo a la princesa y organizó un lío, con la consiguiente repercusión en la prensa, aunque no había ocurrido nada en realidad.
Kalina y su acompañante, la gobernanta de la residencia de su padre, habían hecho una parada en su búsqueda, en un restaurante para tomar algo y la copa de vino blanco se "convertía" en una sobredosis de alcohol y en una noticia falsa.
Por cierto, no se trataba de un perro la mascota desaparecida, sino de un loro que vive con la familia y que finalmente estaba en la ventana de la vivienda de una señora de la zona.
Por medio de las agencias Europa Press y EFE, el explorador y aventurero Kitín Muñoz ha enviado comunicados para aclarar lo sucedido. El de la agencia oficial española de noticias dice así: "Mi mujer no bebe. Ni ella ni yo. Somos atletas los dos. Eso de que iba bebida es tan ajeno, tan fuera de la verdad...", dijo Muñoz en una conversación telefónica con EFE en la que reaccionó a las noticias de que su esposa había chocado contra una barrera de un estacionamiento en la localidad búlgara de Borovitz.
Varios medios búlgaros afirman que Kalina de Sajonia-Coburgo-Gotha y Gómez-Acebo se había estrellado contra la barrera del aparcamiento en estado de embriaguez, sin que nadie resultara herido. Sin embargo, Muñoz aseguró que la princesa, de 51 años, apenas dio un golpe contra la barrera pues iba "muy despacito" al dar marcha atrás con el auto.
También rechazó que se hubiera negado a dar una muestra de sangre para una prueba de alcoholemia, como afirmó la emisora privada búlgara NOVA TV. "No hay nada de todo eso. La policía ha sido maravillosa con nosotros", aseguró.
"Todo el escándalo que se ha montado es una exageración. El coche no está ni rozado. Yo, que soy marino, que he cruzado el Pacífico, lo que veo es una tormenta en una copa de vino", dijo el navegante y científico.
"Ahí había un señor que llamó a la policía, a la prensa", comentó Muñoz. Explicó que el hombre, aparentemente un vigilante del lugar, levantó la voz a su mujer y metió su brazo por la ventanilla del coche para intentar sacarle las llaves, algo que consiguió aunque con ademanes tan bruscos que asustó a Kalina y a la mujer que la acompañaba, y además le dejó dolorido y enrojecido el estómago. "Más tarde, el hombre se reía con un compañero", añadió.
Este sábado, el Ministerio del Interior búlgaro confirmó a EFE que había recibido una llamada diciendo que un auto se había estrellado contra una barrera a la salida de un estacionamiento. "Una patrulla que acudió de inmediato al lugar identificó a la conductora, una mujer de 51 años", declaró entonces una portavoz del Ministerio.
La fuente, que no reveló la identidad de la conductora, dijo que "tras una prueba con un dispositivo técnico, la muestra dio más de 1,2 por mil de alcohol en el aire espirado", tras lo cual la mujer iba a ser "acompañada por agentes de la policía a un centro médico para tomar una muestra de sangre".
"No hubo prueba de sangre, ni ella se negó a nada", dijo Muñoz. La princesa sí fue sometida a la primera prueba de alcoholemia, cuyo resultado Muñoz atribuye a "una copa de vino" que bebió para acompañar un "pimiento típico búlgaro".
"Mi mujer estaba alterada porque había perdido a una mascota. Yo estaba en un lago, me llamaron, llegué, y pensé que se había perdido un perro, pero no, se nos había perdido el guacamayo", explicó el esposo de Kalina, destacando lo mucho que ella ama a los animales. La princesa y el guacamayo, que tiene dos años y ha sido un regalo suyo, "son como piel y uña", comentó.
El pájaro vive normalmente "libre por toda la casa" y suele reposar en el hombro de ella. "La principal y mejor noticia es que el guacamayo ha reaparecido" gracias a la ayuda ciudadana, pues apareció en la tarde de hoy en la ventana de una casa desde donde nos llamaron, ya que habíamos puesto una foto en Facebook", afirmó Muñoz.
"Ese es el bonito final feliz de esta historia", concluyó el marido de la única hija de Simeón de Sajonia, último rey y exprimer ministro de Bulgaria, al dar su versión de los hechos.