Terelu Campos vende el "dolor" de la enfermedad de su madre mientras posa en bañador para una portada
Informalia
A sus 82 años, María Teresa Campos sufre un importante deterioro cognitivo que le mantiene refugiada en casa, ajena a las noticias del exterior. Sus hijas han sido las primeras en pedir a los medios que respeten su situación. Sin embargo, son las propias Terelu Campos (57) y Carmen Borrego (56) las encargadas de actualizar su estado de salud en portadas de revistas y bajo pago.
Este miércoles, la hija mayor de la veterana periodista posa en un extenso reportaje fotográfico para Lecturas, que titula: "Ya no soporto más ver sufrir a mi madre". Una frase que dice Terelu en su entrevista mientras presume de estar "más delgada" luciendo un bikini de estampado floral y bañadores multicolor.
"Esta enfermedad no solo se lleva por delante al enfermo, sino también a los que están a su lado. Preferiría el sufrimiento nuestro de que mi madre no nos conociera si eso implica que va a ser más feliz", explica la madre de Alejandra Rubio.
La parte más difícil para ella es "cuando mi madre llega a casa, se sienta a mi lado, apoya su cabeza en mi hombro y se duerme". "En ese momento siento un torbellino de emociones. Lloro sin que se dé cuenta", añade. Esta circunstancia le ha llevado a tener conversaciones difíciles con su hija: "Viendo a mi madre, pienso cosas respecto a mí misma y le dijo a mi hija 'Alejandra, yo así no quiero estar, que no se te olvide'".
"Enferma como ella no quiero estar ni un día y no me tiembla el pulso al decirlo. (...) La enfermedad de mi madre no se puede asumir, solo puedes adaptarte. Pero el dolor está ahí siempre", asegura Terelu. La ex presentadora de Sálvame reconoce que se apoya en su hermana y confiesa que también le ayuda Manuel, el hijo de Concha Velasco, que pasa por una situación similar con su madre.
El acuerdo de Terelu con su revista amiga
Tal y como contamos desde este portal hace unos días, este reportaje forma parte del acuerdo que la presentadora tiene con la revista. Un artículo semanal y un número determinado de exclusivas al año, entre las que se incluye un posado en bañador. El resto de entrevistas que se salgan de ese acuerdo se pagan aparte. No obstante, según nos cuentan nuestras fuentes, ese contrato corre peligro una vez desaparecido Sálvame, y es posible que se lo rebajen o incluso no se renueve si no recupera algo de presencia en televisión.