Gente

Íñigo Onieva no durmió nada el día antes de la boda: "Es un marqués marchoso"


    Informalia

    Si hay un detalle que se ha comentado del enlace del año, con perdón de las llamas en la ropa del sacerdote que oficiaba la ceremonia, son las gafas de sol que Íñigo Onieva no se ha quitado desde el viernes, cuando celebraron la preboda en el madrileño hotel Ritz.

    Este domingo, ya en su reaparición como marido y mujer, el yerno de Isabel Preysler volvía a aparecer con sus lentes oscuros ante la prensa que les esperaba a las puertas del hotel y no daba ninguna declaración. 

    Ahora, el misterio de las gafas lo ha resuelto Pilar Vidal en Socialité: "El día antes de la boda Íñigo no durmió nada. El día de ayer (sábado) estuvo prácticamente 24 horas despierto. Es un marqués marchoso y lo hemos visto". Y es que, tal y como contamos, Onieva fue el último en abandonar la preboda el viernes a altas horas de la madrugada y, además, celebró horas antes de darse el 'sí, quiero' con Tamara una fiesta en su casa del barrio de Justicia con amigos, música alta y comida a domicilio.

    Su fiesta post convertirse en el nuevo marqués consorte de Griñón también se alargó en El Rincón. "Se quedó hasta el último momento porque fue el espectáculo con Djs internacionales que contrató. Para él todavía su boda no ha terminado. Fue de los que mejor se lo pasó, disfrutándolo y viviéndolo", añadió la periodista en el programa de fin de semana de Telecinco.