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Arranca el juicio por el topless de Mariló Montero: Gustavo González y Diego Arrabal se enfrentan a seis años de cárcel


    Informalia

    La ex de Carlos Herrera vivió uno de los peores momentos de su vida al enterarse de que los paparazzi Diego Arrabal y Gustavo González la habían fotografiado en topless con una amiga en Bora Bora (durante sus vacaciones de Semana Santa en 2015) y que estas estaban circulando por las redacciones de las revistas. Más de seis años después, los fotógrafos fueron condenados a indemnizar a la comunicadora con 265.000 euros y a su amiga con 75.000 euros, pero Mariló Montero no se dio por satisfecha y llevó el caso a la vía penal. Este jueves ha arrancado el juicio y los fotógrafos se han sentado en el banquillo de los acusados: se enfrentan a seis años de prisión.

    La cita ha tenido lugar en la Audiencia Provincial de Barcelona. Fiscalía ha quedado al margen de la causa, pues no consideran que haya delito al no haberse publicado las fotografías, pero la defensa de Montero acusa a los paparazzi por revelación de secretos y además de la cárcel, solicita una indemnización de 265.000 euros por los daños morales causados. El juicio ha arrancado este jueves con las cuestiones previas mientras que el resto, como las declaraciones de los testigos, se llevarán a cabo a finales de enero, concretamente a partir del día 23, según El Mundo.

    A principios del año 2022, el Juzgado de Primera Instancia número 35 de Madrid condenó a la agencia de los citados fotógrafos, Código Press, a pagar 340.000 euros por captar estas imágenes, convirtiéndose entonces en la indemnización más alta en España por captar fotos sin permiso. Sin embargo, en agosto se revocó la condena por la existencia del procedimiento penal abierto en Barcelona contra los paparazzi, pues el juez consideró que hasta que no se resolviera este, no se podrían iniciar acciones civiles, es decir, fijar una indemnización.

    Mariló Montero: "Fue humillante"

    Fue entonces cuando la periodista habló alto y claro sobre lo que había supuesto para ella este calvario judicial que todavía no ha llegado a su fin: "Todo lo que yo viví fue humillante, todavía hoy se me seca la boca y me dan ganas de llorar porque es muy humillante y esto es intolerable", dijo. "Han sido, además de dos años de constante persecución por parte de los paparazzi, han sido más de siete años de procedimiento judicial en el que ha habido que recordar multitud de momentos dolorosos, demostrarlos paso a paso".