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De visitar el Titanic a orbitar en la Luna: las excentricidades más peligrosas de los milmillonarios como Bezos o Musk


    Informalia

    El transatlántico británico que James Cameron llevó al cine en 1997 vuelve a ser noticia por un lamentable suceso: el Titán, un submarino turístico que traslada turistas hasta los restos del famoso buque, lleva desparecido desde el domingo. A bordo viajan cinco pasajeros que pagaron 250.000 euros por una excursión que podría tornarse en tragedia si no dan con ellos antes del próximo jueves. Y es que los ricos no solo tienen gustos muy caros, sino también muy arriesgados.

    Uno de los tripulantes desaparecidos es el empresario y aventurero británico Hamish Harding, presidente de Action Aviation. A sus 59 años, sumaba en su currículum varios récord Guiness: la marca de mayor tiempo en superar la zona más profunda del océano en una mayor inversión en el Foso de las Marianas y el registro de la circunnavegación más rápida del planeta, logrando cruzar en avión los dos polos de los que se compone la Tierra. Su última aventura la corrió en 2022, siendo uno de los seis astronautas que estuvieron a bordo del cohete New Shepard en el proyecto Blue Origin de la compañía de Jeff Bezos.

    El fundador de Amazon también iba en ese vuelo, en la que los tripulantes pagaron 25 millones de dólares por subir al espacio (106 kilómetros por encima de la línea de Kármán, que separa la atmósfera del espacio exterior). La obsesión de Bezos por el universo le llevó a una expedición marina para recuperar los restos del Apolo 11, el primer cohete nos llevó a la Luna. El magnate se ha jugado la vida en otras ocasiones, como cruzando el Ártico en trineo.

    En esta particular carrera espacial también se encuentra Elon Musk, que ha cobrado 75 millones de dólares a magnates como Yusaku Maezawa (milmillonario japonés del sector de la moda) o el DJ Steve Aoki para orbitar la Luna en el Starship, un cohete que ha explotado ocho veces durante sus pruebas, la última de ellas en el aire a finales de abril.

    Richard Branson, fundador de Virgin, es otro de los ricos que encuentran diversión en la adrenalina. Y no se conforma con pilotar un Fórmula 1 o torear una vaquilla: a sus 72 años, ha cruzado los dos principales océanos de la Tierra en globo, batido un par de récords de velocidad en el Atlántico, escalado el Mont Blanc, cruzado el Canal de la Mancha haciendo kitesurfing y conduciendo un coche acuático, el Virgin Galactic. En 2021, tripuló su avión-cohete Unity despegó de Nuevo México y pasó una hora de ingravidez fuera de la tierra. La empresa sigue realizando pruebas para ofrecer excursiones seguras por un módico precio: 400.000 euros.

    El Titán, tres días desaparecido

    El submarino turístico de la compañía OceanGate inició el descenso el pasado domingo a primera hora desde la Isla de Terranova. Una hora y cuarenta y cinco minutos después, se perdió la comunicación. Estados Unidos, Francia y Canadá los buscan por mar y aire, aunque el tiempo corre en su contra: el submarino, con capacidad para cinco tripulantes, apenas llevaba provisiones y tiene un soporte vital de 96 horas.

    Los equipos de rescate mantiene la esperanza de encontrarlos con vida pero los expertos son pesimistas: el sistema de seguridad debería haberlos lanzado a la superficie y serían visibles. Descartada esta posibilidad, hay otras dos poco halagüeñas: que el sumergible se haya enganchado con algún objeto y esté atascado o que explotara debido a la presión. El Titanic descansa a 3.800 metros de profundidad, por lo que encontrarlos en la masa de agua sin coordenadas ni comunicaciones es muy complicado.