Ana Obregón no sabe si el parto fue natural o cesárea: "Ni idea, no me atreví a entrar"

¿Parto fue programado, natural, o cesárea? Es una de las preguntas de la entrevista que ofrece Ana Obregón en la nueva exclusiva de Hola. La sorpresa llega cuando contesta.

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"Ni idea. Yo solo sé que me llamaron y yo me fui para allá. Estaba en una nube. ¡Cuántas emociones para un ser humano! Ahora he cambiado las lágrimas por el reloj. Cada tres horas el bibe, por la noche también. Tengo una preocu­pación que me muero y, claro, ya no tengo tiempo de llorar, ni ganas. Es que ya no hay que llorar".

El momento del parto: ¿entró en el paritorio?

Ana, sin embargo, desvela que ha visto a la gestante: "La he conocido, sí, sí. Toda una bendición, de verdad, una bendición de perso­na", dice. Pero cuenta que no quiso estar en el parto: "No entré. No me atreví, pero estaba en la puerta de al lado. En cuanto me la pusieron en mis brazos, empecé a llorar con unas lágrimas impresionantes, que me salieron de dentro, y hasta las enfermeras que estaban alrededor se emocionaron. Nunca habían visto una reacción así. Yo no podía parar de llorar de emoción y de felicidad. No sabes lo que fue. Dije: 'Aquí está, Aless, aquí está tu niña. Ha venido al mundo'. Lo primero más deseado en mi vida fue mi hijo, y esto ha sido lo segundo más deseado. Porque esto se ha deseado desde el infinito, desde la eternidad, desde el cielo".

"Por ahora no se parece a nadie, porque acaba de nacer. Pero yo lo que siento cuando la abrazo es como que abrazo a mi hijo, porque en el fondo estoy abrazando a mi hijo. Es lo único que me queda vivo de él".

¿La va a bautizar?

Sí la bautizará pero no tiene pensado quiénes serán su padrino y su madrina. "Con todo esto que me ha pasado, llegó un momento que estaba muy enfadada con Dios, tan enfadada, pero superenfadada. Porque yo le rogué tanto y no me hizo ni caso. Y ahora ha sido como una reconciliación. Y otra cosa muy importante: voy a dejar el luto", remata.