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Un tatuaje en el abdomen: la clave en el caso de Dani Alves
Informalia
Se cumplen cuatro días desde que el futbolista brasileño entrara en prisión preventiva sin fianza, acusado de un supuesto delito de agresión sexual. Este lunes ha visto la luz un dato clave en el caso, uno de los motivos de fuerza por los que la jueza tomó la drástica decisión de encarcelar a Dani Alves el pasado viernes en Barcelona: un tatuaje.
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Así fue como descubrieron que el marido de Joana Sanz mentía: la supuesta víctima describió con perfecto detalle uno de los tatuajes que Alves luce en su abdomen. En una de las declaraciones que ofreció el futbolista (todas diferentes), aseguró que la chica se había abalanzado sobre él mientras miccionaba, vestido y sentado en el váter, y le había practicado una felación. De ser cierto, la mujer no habría podido ver dicho tatuaje. La jueza planteó esta cuestión y él admitió, entonces, que no estaba sentado si no de pie y que se había desprendido de la camiseta.
El deportista, cuyo contrato con el Pumas de México ha sido rescindido, ha sido trasladado este lunes de la prisión Brians 1 a la 2, donde hay un número reducido de presos (de 200 a 80) y ha sido alojado en una celda individual "para garantizar su seguridad y convivencia", según fuentes penitenciarias. Afirman que Alves, que ha recibido la visita de su abogada pero no de su mujer, está destrozado y se niega a comer.