Gente

Lo que de verdad opina Isabel Preysler de la reconciliación de Tamara Falcó e Iñigo Onieva


    Sara Tejada

    La reconciliación entre la hija de Isabel Preysler e marquesa de Griñón finalmente se ha reconciliado con Íñigo Onieva era algo por lo que muchos apostaban, pero que no por ello ha dejado de ser sorprendente. Desde un principio muchas fueron las voces que decían que era cuestión de tiempo de que le diera una segunda oportunidad a pesar de la contundencia con la que Tamara Falcó dejó claro que no volvería con él.

    Pero si había una persona que no se lo esperaba y que además no lo deseaba era Isabel Preysler. La ex de Mario Vargas Llosa protege a sus hijos como una leona y con Tamy ha estado al pie del cañón desde el minuto uno. La ha aconsejado, ha escuchado sus lamentos y ha vivido sus días y noches de lágrimas. Por eso nunca pensó que la niña (de 41 años) perdonaría la humillación de haberle sido infiel públicamente.

    Lea tambiénIsabel Preysler no quiere en su casa a Iñigo Onieva, su futuro yerno

    A Isabel nunca le gustó Íñigo. Sus amigas de alta sociedad con hijos que conocían al guapo de Iñigo le contaban que no era de fiar, que su estilo de vida nada tenía que ver con el de Tamara. Que era un "aprovechado" y un "caradura" y que le gustaban demasiado las mujeres. Ella se lo comentó a Tamara, pero la hija de Carlos Falcó no quería oír lo que le decía su madre, que de esto sabe un rato porque, entre otras experiencias vitales, fue mujer de Julio Iglesias.

    "Mejor romper ahora que después de la boda"

    Luego ocurrió lo que ocurrió e Isabel no le dijo el típico "ya te avisé". Tan solo se puso a su lado, y le ofreció el lado positivo: "Mejor romper ahora que después de la boda", comentó. Preysler luego recordó públicamente que había prevenido a su Tamy: "Lo hijos no siempre siguen los consejos de los padres". Tan obvio como cierto.

    Por eso, cuando Tamara le dijo que volvía a verse con Íñigo ,Isabel no podía creérselo. No lo entendía y mucho menos lo compartía. No quería volver a ver a su hija junto a la persona que tanto daño le ha hecho y a quien ella nunca perdonará. Esta vez no se quedó callada. Le mostró su disgusto y le dijo que se equivocaba y que se lo pensara porque estaba convencida de que volvería a hacérselo.

    La versión oficial, la que están contando los fieles de la reina de corazones, tal vez intoxicados por ella misma, es que está encantada con la reconciliación y que ha dado su visto bueno. Pero la realidad es muy diferente. Y así se lo cuenta ella misma a sus más íntimas. Según nos transmiten a Informalia, la opinión que Isabel tiene de Iñigo es la de una persona "superinteresada y sin muchos escrúpulos", y que está convencida que "vuelve con Tamara por interés".

    Cree que ha engatusado a su hija dejándose ver haciendo lo que sabe que a ella le gusta, pero no porque él crea en eso. Considera que su encuentro con Dios es totalmente impostado. Para Isabel, Iñigo ve a Tamara como "la puerta de entrada a un mundo al que no tiene acceso". Que estar con Tamara le proporciona y amplía contactos con personas con las que codearse y hacer negocios. "Y eso es lo que realmente quiere de ella", nos aseguran que afirma en petit comité la viuda de Miguel Boyer.

    Desde un principio dejó claro que Tamara no se merecía lo que le había hecho. Esa humillación pública, esas mentiras en su cara, el ridículo de salir delante de las cámaras a decir que esas imágenes eran de otros años son solo algunos ejemplos de las trastadas de Onieva que Isabel recuerda.

    Lea tambiénTamara Falcó, señalada como culpable de la separación de su madre y Vargas Llosa

    Isabel le advirtió justo ese día, cuando iban en el coche a la boda de su amiga en medio del huracán mediático provocado por el escándalo del vídeo con el morreo: "Tú no digas nada, que hable él", le dijo. Ella sabía que esos vídeos eran ciertos. De hecho, se llegó a decir que había sido ella quien los había filtrado. La propia Tamara lo dijo entre risas.

    Isabel tiene un gran disgusto con la decisión que ha tomado su hija. Siente incluso impotencia de saber lo que va a ocurrir y ver que no puede hacer nada por evitarlo. Nunca le cuadró ni su forma de vida ni su profesión. De hecho, en el documental que Tamara hizo para Netflix, a pesar de estar juntos en la misma habitación, suegra y yerno apenas cruzaron palabra.

    Y las pocas veces que se ha referido a él ante los periodistas antes de aparecer los vídeos ha sido para decir: "Es un chico muy simpático". Poco más. Tras la ruptura fue más clara: "No puedo decir que es un alivio. Lo que es un alivio es que Tamara esté tranquila y bien. Y lo está". Entonces la procesión iba por dentro pero a Isabel nunca le ha gustado mostrar sus emociones en público. Ahora está soltera ella y su hija ha vuelto con Íñigo. Lo dicho: los hijos no siempre siguen los consejos de los padres. Posiblemente Isabel Presyler tampoco lo hizo cuando ejerció como hija.