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Irene Rosales, a lágrima viva tras ser perseguida en el cementerio: "No puedo más"


    Informalia

    Irene Rosales ha explotado. La mujer de Kiko Rivera ha sufrido un ataque de nervios y se ha grabado a lágrima viva en su coche, agobiada tras ser perseguida por los compañeros de la prensa durante una visita al cementerio para honrar a sus padres, ambos fallecidos.

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    La andaluza utilizó su cuenta de Instagram para pedir a los medios de comunicación que no la persiguieran durante esos momentos tan especiales e íntimos para ella. La nuera de Isabel Pantoja acudió este 1 de noviembre a llevar flores a sus progenitores, que fallecieron con muy poco tiempo de diferencia, en febrero y en noviembre de 2020.

    A través de las stories y, entre lágrimas, explicó: "He tenido que parar el coche un momentito porque me he puesto muy nerviosa. Tengo ahora mismo una rabia y una impotencia…".

    Rosales argumentó el motivo de su histeria al decir que tenía a la prensa pegada: "Todos los días en la puerta de mi casa. No voy a culpar porque no tienen culpa, hay noticias y tienen que estar ahí. Siempre que puedo les atiendo de una manera respetuosa, pero hoy…".

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    De manera muy educada, Irene ha pedido que no la sigan cuando acude al camposanto: "Un mínimo de intimidad se merece todo el mundo, incluida yo, a pesar de ser una persona pública. No puedo más", explicó contundente.

    El dolor al recordar a los suyos le ha impedido enfrentarse a las continuas preguntas a la salida del cementerio: "Cada vez que voy salgo destrozada", reconoció.

    La sevillana está pasando por otro durísimo momento en su vida debido al ictus que sufrió Kiko. El pequeño del alma de la tonadillera tuvo que ser atendido de urgencia en el hospital. La madre de Carlota y Ana está volcada en su marido y en procurar su recuperación en casa, que está siendo muy dura.

    Sin embargo, la enfermedad del DJ no ha impedido que el matrimonio hiciera el esfuerzo de celebrar una pequeña fiesta de Halloween, en su domicilio sevillano de Castilleja de la Cuesta, para que se divirtieran sus dos pequeñas hijas con los disfraces en una noche tan especial para los niños.