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Matamoros habla de la repentina muerte de su amigo Albert Solà, el hijo ilegítimo del emérito: "Hay métodos de asesinato indetectables"


    Informalia

    La muerte de Albert Solá el pasado sábado a los 66 años dejó conmocionados a sus familiares y amigos, entre ellos Kiko Matamoros. Él conocía bien al hijo ilegítimo del emérito, al que representó hace años para ayudarle a contar su historia en televisión. Precisamente el sábado debía acudir al plató del programa ¿Quién es mi padre? para desvelar datos inéditos sobre su supuesta filiación con don Juan Carlos y Matamoros cree que su fallecimiento, 24 horas antes, es demasiada casualidad: "Hay métodos de asesinato que no los detectas", ha dicho en Sálvame.

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    "Hace años lo cerré para un programa de televisión, pero al final no nos dejaron venir. Estaría bajo vigilancia y presionaría donde tenían que presionar para que no compareciera", ha explicado Matamoros. "Hay mucha información que sale de ex agentes del CNI que no se puede trasladar públicamente. Yo he traído algún dossier que implica a jefes del Estado, traje un tema que filtraron desde allí, con información y expedientes... Siempre estuvo en el convencimiento que era hijo de quien era hijo y se habla de pruebas de ADN", ha contado. "A este señor lo han investigado de arriba a abajo".

    Investigación y autopsia

    Solá tenía 66 años y estaba sano, por lo que nadie se explica el motivo por el que el sábado, cuando salió de trabajar como camarero, cayó muerto al suelo en el bar de un amigo. "Pidió una copa de vino y de camino a la mesa donde lo esperaba su amigo, se desplomó. No le dio tiempo a probarla", han dicho testigos a El País. El juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 de la Bisbal d'Empordà (Girona) investiga lo sucedido y el magistrado ha solicitado la autopsia del cadáver, aunque todo apunta a una muerte natural.

    Albert Solá nació en Barcelona en 1956 y fue criado en una familia adoptiva. Siempre defendió que el rey Juan Carlos mantuvo una relación con su madre biológica, una joven de la alta burguesía catalana llamada Anna María Bach Ramon, muchos años antes de convertirse en rey. El fallecido sostuvo hasta su muerte que era hijo primogénito del rey Juan Carlos I y hermano por parte de padre del actual rey, Felipe VI. Pasó años intentando demostrar su relación filial, pero en 2015 el Supremo no admitió su demanda de paternidad. Recurrió la decisión al Constitucional, aunque tampoco aceptó su recurso de amparo.

    En diciembre de 2019 se conocieron unos resultados de ADN, según los cuales existía una coincidencia genética entre ambos del 99,9 %, unas pruebas realizadas en 2007, según el propio Solá, por orden del CNI. Ese año fue entrevistado en el programa Viva la vida de Telecinco. "En 2007, el director general del CNI en Barcelona me propuso personalmente realizar estos análisis. Fue a través de un ex miembro del CNI con quien yo tenía contacto, Antonio Rodríguez. Vinieron desde Barcelona para hacerlo. Delante de mí llamaron a sus colegas en Madrid y pidieron un favor y que fuera lo más rápido posible: que les enviaran cualquier objeto que utilizara el rey (Juan Carlos I). Al final enviaron un vaso directamente al laboratorio de Lérida donde se realizarían los análisis", dijo entonces.