Daniel Pontes, heredero universal de Lina Morgan, prepara biografía y serie de la artista
Informalia
Que tiemblen esos que se pasean por los platós de televisión sacando los trapos sucios de una Lina Morgan fallecida hace ahora siete años. Porque su heredero universal, Daniel Pontes, amigo, confidente y personaje esencial en la vida de la legendaria cómica, prepara la que será la biografía definitiva de la reina del humor sobre los escenarios.
Dani estuvo a su lado hasta el final de sus días y piensa callar la boca a aquellos que, como Ángel Gutiérrez, el que fue hombre de confianza de Lina hasta que esta le despidió por profundas desavenencias, o las sobrinas a las que su tía, cuyo verdadero nombre era María de los Ángeles López Segovia, no quería ver por problemas familiares. Pontes tiene respuestas para todos y contará la verdad de lo que él mismo vivió en primera persona.
Lea también: La herencia de Lina Morgan: 40 millones para el chófer
También está en conversaciones para realizar una serie documental sobre la que fuera su jefa, con materiales inéditos y de gran interés, hasta ahora desconocidos para el gran público. De la vida personal, y sobre todo de su currículum sentimental, apenas se conocen datos, pero estamos en disposición de desvelar a nuestros lectores que los grandes amores de su vida fueron el actor Manolo Zarzo, una relación de juventud, Julián Esteban, un amor prohibido, porque el empresario estaba casado y no quiso separase de su esposa, y también otro productor que atiende a las iniciales M.S., con el que rompió cuando el hombre le dio a elegir entre la profesión y él. También tuvo una relación con el promotor taurino José Antonio Martinez Uranga, quien, al igual que Julián Esteban, tenía esposa y una familia bien asentada. Amores imposibles que, a la postre, mimaron la moral de una Lina Morgan que llegó a los últimos años de su vida sola y sin el cariño de un hombre a su lado.
Pero a quien ella consideró el gran amor fraternal de su vida fue a su hermano José Luis, gestor de sus cuentas, cómplice, confidente y apoyo fundamental en su carrera artística. Lina era cuarta de cinco hermanos (Emilio, Julio, Julia, Lina y José Luis). La muerte prematura del benjamín dejó en Lina un vacío imposible de llenar y una depresión infinita que marcó la última etapa de su existencia.
Lina murió de neumonía el 19 de agosto de 2015 a los 78 años. La capilla ardiente se instaló en su casa: en el Teatro La Latina de Madrid, y una multitud de personas, celebridades de la profesión y políticos acudieron a despedirse de ella. El féretro estaba cubierto por las banderas de España y de la Comunidad de Madrid y también por una gorra de chulapa madrileña. Fue incinerada y sus cenizas reposan en el Cementerio de La Almudena de Madrid junto a los restos de sus padres y hermanos.