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Mónica Oltra dimite tras su imputación: abogada, divorciada y madre de dos niños etíopes
Pilar Fernández
Tiene 53 años, es abogada, y hasta ahora un peso pesado dentro de Compromís y vicepresidenta de la Generalitat Valenciana. Este martes ha anunciado su dimisión tras ser imputada hace menos de una semana por el Tribunal Superior de Justicia en el caso de los abusos sexuales perpetrados por su exmarido en un centro de menores de su gobierno.
La Sala de lo Civil y lo Penal dictó: "Existen una serie de indicios plurales que en su conjunto hacen sospechar la posible existencia de un concierto entre la señora Mónica Oltra y diversos funcionarios a su cargo, con la finalidad, o bien de proteger a su entonces pareja o bien proteger la carrera política de la aforada".
En su dimisión, la valenciana ha asegurado que deja sus cargos como miembro del Consell y de Les Corts "para no comprometer el proyecto de cambio iniciado en 2015".
El escándalo no solo ha golpeado a su partido y a su carrera política sino también la tranquilidad y estabilidad de su familia, pues Mónica es madre de Luis y Emilio, de 14 y 19 años, a los que adoptó en Etiopía en 2008. Lo hizo junto a su ex marido, Luis Eduardo Ramírez, argentino, divorciado y padre de tres hijas, acusado de haber abusado sexualmente de una niña de 14 años, tutelada en uno de los pisos que gestionaba la Consellería de Igualdad y Políticas Inclusivas dirigida por Oltra, que todavía era su esposa cuando tuvieron lugar los hechos, entre el 2016 y el 2017. Está condenado a cinco años de prisión, pero recurrió la sentencia.
Nacida en Neuss (Alemania), en el seno de una familia de emigrantes españoles, Oltra entró en política con apenas 15 años, cuando se afilió al Partido Comunista del País Valenciano. Estudio Derecho en la Universidad Valenciana y ejerció la abogacía en Esquerra Unida del País Valencià hasta que en 2007 entró en las listas de la coalición Compromís pel País Valencià, cuando fue elegida. Su posición se fortaleció hasta que en 2015 fue nombrada vicepresidenta del gobierno de coalición de Ximo Puig. En estos años, Mónica encontró el amor junto al que era y es su jefe de gabinete, Miquel Real, el mismo que colgó el retrato del rey Felipe VI boca abajo en el consistorio. Se divorciaron pero su amistad continuó intacta, tanto que él sigue siendo su mano derecha en el partido y fue el primero al que Oltra llamó cuando descubrió que su segundo marido había sido acusado de abuso sexual.
Es fallera, aficionada al Valencia CF, a los bailes de salón, habla cuatro idiomas y colabora con diferentes proyectos y organizaciones por la defensa de los derechos de los homosexuales o la acogida de refugiados africanos en España. Animalista y feminista peleona, tiene su propia biografía, Mónica Oltra o el compromís (Lletra Impresa, 2020), escrita por Tomàs Escuder. Como anécdota explica que su padre, Juan, no pudo darle su apellido hasta que Mónica cumplió los 11 años, pues estaba casado en España y huyó a Alemania con Angelita, madre de Oltra, para poder vivir su amor, dejando atrás a su primera esposa y otros dos hijos. Intentó anular su primer matrimonio y darle el apellido a sus hijos con Angelita, pero el Arzobispado no lo permitió hasta el 82. Juan falleció en 2014, arrollado por una hormigonera a las puertas de su casa, un duro golpe que dejó a Mónica destrozada.
"Soy gallina clueca. Me gustan las familias grandes, la gente, compartir, charlar, reír, la vida sencilla, lo que nos gusta a todos, ¿no? La felicidad hay que alcanzarla a través de las pequeñas cosas y eso sí que lo consigo", dijo una de las pocas veces que ha hablado de su vida personal. "Me aterra que mis hijos enfermen, eso es el horror". Lee a Saramago, Umberto Ecco y, sobre todo, a Italo Calvino. Sus referentes políticos son Gandhi, Dolores Ibárruri y Gerardo Iglesias, y es una reconocida fan de La Guerra de las Galaxias: "¿Pero qué pasa con Han y Leia? ¿A los 60 no se puede besar la gente? Me ha parecido fatal. Al menos las mujeres somos generalas y pilotamos naves".