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El desolador final de Villa Jurado, la casa-bunker de Rocío: echada a perder en el olvido


    Informalia

    Olvidada, abandonada, vacía y desangelada. Así está Montealto, la casa de la exclusiva urbanización de La Moraleja (en Madrid), que fuera el hogar y el refugio de Rocío Jurado hasta su muerte, 1 de junio de 2006, por un cáncer de pranceas. La mansión, además, ha sido mitificada y expuesta mediáticamente hasta el extremo en la docuserie de Telecinco a través de las vivencias de Rocío Carrasco durante su niñez y juventud.

    Tras el fallecimiento de Rocío Jurado, y por deseo de la expreso de la artista en su testamento, la mansión se vendió. Fue adquirida por un inversor, con el objeto de reformarla y alquilarla por unos 18.000 euros al mes.

    Llegó la crisis de la burbuja inmobiliaria de 2008, que trastocó esos planes inversores. El proyecto se paralizó. Años después, en 2017, salió a subasta pública por los impagos de su propietario. La finca entró en concurso de acreedores. El precio de salida, 3,8 millones de euros, con una deuda con Bankia de 2,9 millones. La subasta quedó desierta. El juzgado de primera instancia de Alcobendas otorgó en 2018 la propiedad de la vivienda a la citada entidad bancaria. Ahora el banco ha vuelto a poner a la venta esta inmensa propiedad. Pide 3,4 millones.

    El chalet se construyó en 1981 y la artista de Chipiona lo compró en 1989. Fue su bunker durante los años que vivió allí. Crió a sus hijos y los vio crecer. Era su hogar y su refugio.

    En las fotos de Lecturas se ve la piscina climatizada de 95 metros cuadrados vacía y en completo deterioro. También el salón principal, antes decorado con un sinfín de retratos de la cantante como símbolo de su triunfo, ahora está desierto. Las paredes, deterioradas, muestran el boquete donde antes hubo una caja fuerte de seguridad. La cocina sin cocina y los baños sin grifos. Desolador.