Estilo de Vida
El ayuno, la última moda en Silicon Valley para rendir más
Informalia
Los grandes ejecutivos han empezado a apostar por dietas más extremistas. Es el ejemplo de Phil Libin, el ex CEO de Evernote y actual CEO del estudio de All Turtles, que dice evitar comer por periodos que van desde los dos a cuatro días de ayuno, con días en los que ingiere el resto de calorías que necesita. Durante el ayuno básicamente se alimenta de agua, café y té negro.
Se llama la dieta Biohacking y cada vez tiene más adeptos entre las filas de Silicon Valley, la meca de la tecnología. Según recoge el diario The Guardian, los CEO creen que los largos periodos de ayuno ayudan a experimentar menos cambios de humor y mejorar la productividad, por lo que se rinde más en el terreno laboral. De hecho, el actual CEO del estudio de All Turtles, Phil Libin, ha asegurado: "He perdido cerca de 40 kilos y he sentido toda una transformación, más saludable y con un suministro constante de energía. Me ayuda a ser un mejor CEO".
Existen diversas dietas que utilizan el ayuno como elemento principal, aunque no todos los expertos coinciden en que sea del todo sano ni tampoco efectivo. Al parecer, la clave está en que los periodos de ayuno generan cuerpos cetónicos, es decir, que las células utilizan ácidos grasos como fuente de energía en vez de glucosa, proveniente de los carbohidratos. De ahí el efecto de 'hackeo' del cuerpo, ya que funciona de una manera diferente, según los ritmos que nosotros mismos le marcamos.
La obsesión en Silicon Valley por controlar este tipo de dietas llega hasta tal punto que se han puesto en marcha iniciativas para comprobar los efectos del biohacking en tiempo real. En concreto, Geoffrey Woo, director general de la empresa biohacking y nootrópica HVMN, puso en marcha un ayuno de siete días a principio de 2017 en su propia compañía. Sus seguidores utilizaron incluso monitores de glucosa para verificar los niveles de glucosa en sangre en tiempo real y midieron los niveles de cetona en sangre para cerciorarse de que el cuerpo estaba realmente usando la grasa como combustible. El objetivo de este experimento no era perder peso sino aumentar el nivel de cetonas en sangre para que funcionaran como "súper combustible para el cerebro", ayudándoles a mejorar su capacidad cognitiva en los negocios.