Estilo de Vida
Ibiza y Gomorra: desnudos por la isla
- Una isla en la que todo es posible
Martín Alegre
Jueves pasado, cinco de la tarde. Un veraneante de toda la vida, de aquella Ibiza de los años 60 en la que primaban la libertad, el amor sin prejuicios, costumbres sencillas y buenas maneras, para su motocicleta en los alrededores del hotel Ushuaia, la meca de los millonarios rusos, árabes y chicas espectaculares que se buscan la vida (en Ushuaia hay botellas de champaña de 100.000 euros y a veces se agotan).
El viejo turista saca su móvil dispuesto a inmortalizar una escena que no acaba de creerse del todo, aunque él está acostumbrado a que en Ibiza todo es posible. Por su lado ha pasado un señor de unos 40 años que viste una camisa de lino desabrochada y mocasines de ante de al menos 1.000 euros. En la muñeca izquierda un reloj caro. No ha visto la marca, pero es de los buenos. En la mano lleva unas bermudas, seguramente las suyas. Y es que el hombre va desnudo con sus atributos al aire.
Le hace una foto todavía incrédulo ante la indiferencia del turista accidental y se va. En la misma zona, pocas horas más tarde, su asombro ya no tiene límites. Una chica madura de buen aspecto, camina desnuda de cintura para abajo. Lleva una trompeta dorada incrustada en el trasero.
Casi se cae de la motocicleta, no tiene tiempo ni fuerzas para sacar el móvil de nuevo y hacer otra foto. Pero le creemos cuando nos envía la imagen del caminante con sus cosas al aire.
"Ibiza ya es como Sodoma y Gomorra, obscena en todos los sentidos. Estamos en junio y ya han llegado yates del tamaño del Titanic. Sus dueños huyen del terrorismo yihadista de otros destinos del Mediterráneo y recalan en una Ibiza disparatada en precios, tumultos y excesos increíbles", nos dice nuestro informador. "En algunas discotecas after hours, hay siempre una ambulancia en la puerta para llevarse a los chicos a Urgencias". Los hoteles de la isla en agosto ya no tienen plazas. En los restaurantes más caros ya hay lista de espera para todo el verano. Ibiza está colapsada hasta septiembre. No hay límites.
Nuestro informador se para delante de la pantalla gigante que ha estrenado este año el Hard Rock Hotel de la familia Matutes, el más cool de la isla. Es la pantalla cóncava más grande del mundo, 400 metros cuadrados de superficie, dos millones de LEDs, 300 toneladas de acero y un coste aproximado de 5 millones de euros. Es normal, es Ibiza.