Estilo de Vida

San Isidro: el ambiente taurino se cocina en estos restaurantes antes y después de entrar en Las Ventas

  • La Tienta y Abanto son solo dos de los locales que se llenan durante la feria madrileña en los que el rabo de toro es la especialidad por excelencia
     
  • Cañas bien tiradas, una de boquerones en vinagre, la obligada gilda y las míticas patatas al ajillo, en Casa Braulio
La Tienta y Abanto (en Madrid)

T. Ferrandis

¡Lo que disfrutamos las tardes de toros tanto dentro como fuera de Las Ventas! Sí, pero hemos de reconocer que echamos de menos nuestra visita obligada a Toribio Anta en su mítica Casa Toribio, donde disfrutábamos de un impecable rabo de toro, pero no sólo en estos días de feria, sino durante todo el año al tener la exclusiva de las piezas de los morlacos lidiados hasta en cien plazas de nuestro país, entre ellas, Las Ventas. Los taurinos lo saben bien, porque el ambiente se cocina en los locales aledaños a la plaza capitalina antes y después de los toros.

Uno de ellos es La Tienta (tabernalatienta.com), que en el vocabulario de la tauromaquia es la prueba previa a la lidia, que los ganaderos realizan para probar la bravura de los becerros. Es uno de los rincones con más historia de cuantos rodean la plaza. Abrió sus puertas en 1952 y, a día de hoy, se encuentra en manos de César, hijo de Venancio Molero, quien ha crecido viendo a su padre detrás de la barra. Ahora, es él quien tira las cañas perfectas. ¿Qué pedir? Unos tomates sabrosísimos y carnosos es una de las raciones más demandadas para acompañar a la ensaladilla rusa al estilo Jerez y a las alcachofas al carbón. Incluso, durante el picoteo no deberían faltar ni la oreja, ni la molleja, que en las mesas se codean con el pulpo a la brasa con su parmentier de patata, con los calamares y con el cazón el adobo. Eso sí, quien acude desde el mediodía, tanto el rabo de toro como las carnes a la brasa son los platos idóneos para armonizar con un tinto de la D.O Vinos de Madrid como es Licinia.

Torreznos, La tienta

Son días que se disfrutan dentro y fuera del coso taurino y César, como miembro de la directiva de La Viña, la Asociación de Hosteleros de Madrid, reivindica que se declare a la zona, como hasta ahora se había hecho, como recinto ferial con el objetivo de que los clientes de cada local puedan permanecer tranquilos copa y ración en mano comentando la tarde. Lo mismo que en Abanto (C/ Londres, 39), donde la tradición de Casa Leandro llega intacta a la mesa desde 1988 ahora gracias al buen hacer del hijo del propietario, Roberto Leandro Gil, quien continúa con el legado familiar aportando savia nueva sin olvidarse de la esencia. Los callos de su padre y el rabo de toro de Telly, su madre, con sus patatas fritas, son un clásico. También lo es la oreja crujiente con puré de patata trufado y las mollejitas al ajillo.

Rabo de toro en Abanto

Durante el mes que dura San Isidro, tardes en los que las calles aledañas acogen cerca de 20.000 personas cada tarde, otro imprescindible es Casa Sierra (C/ Villafranca, 11), donde no prescindir del rabo de toro, pero tampoco de las gallinejas, los entresijos y el cocido. Fundada en 1925 por Toribio y Agustina Sánchez, es su hijo Sergio quien está al frente de este bar para atender a todo aficionado al mundo taurino, ya que es la sede de la Peña Taurina Sergio Díaz. Por supuesto, el rabo de toro también es la especialidad de Los Timbales (C/ Alcalá, 227), pero si no es un entusiasta de esta pieza de casquería, los huevos rotos con la misma salsa del guiso son una delicia, lo mismo que la sopa castellana en esa tarde en la que cae bien un plato de cuchara caliente, mientras que la carta de Los Clarines (C/ Bocángel, 2) anuncia las croquetas y las albóndigas de rabo de toro, además de la carrillera para disfrutar antes de la corrida siempre después de las gambas al ajillo.

En el 23 de la calle Pedro Heredia se encuentra La Puerta Grande con un menú por 35 euros y, enfrente, Taberna El Vareo nos traslada al sur con un desfile de raciones liderada por el pescaíto frito, las coquinas al ajillo, las cigalitas a la plancha y los berberechos al vapor.

Cañas bien tiradas, boquerones en vinagre y una gilda

Casa Braulio (Avda. de los Toreros, 43), por su parte, tiene fama por sus cañas bien tiradas para acompañar a una de boquerones en vinagre, a la obligada gilda y a las míticas patatas al ajillo. Asimismo, no podemos dejar de mencionar a Carmelo Espinosa, a quien su carrera de novillero le trajo de Almería a Madrid, un oficio que compaginó con el de camarero para sacarse unas pesetas y terminó fundando La Giralda (restaurantelagiralda.com). Se encuentra a pocos metros del Wellington, hotel y casa de vocación taurina en el que se han vestido absolutamente todas las grandes figuras del toro, de ahí también que se respire buen rollo taurino y se compartan unas ricas raciones andaluzas, ya sea un lagarto ibérico, unas tortillitas de camarones o unas pijotas con un vino del Marco de Jerez. Al hoy hotel Me Madrid Reina Victoria también se le ha conocido como el "hotel de los toreros".

El notición es que esta misma semana reabre el mítico La Trucha (tabernalatrucha.es) sin olvidarnos de incluir en el escenario gastronómico taurino Coque (restaurantecoque.com) y Coquetto (www.coquettobar.com), de los hermanos Sandoval, quienes, además, son poseedores de una ganadería de bravos, que se estrena en Las Ventas en esta feria. Ellos, además, elevan a la máxima excelencia la carne de toro de lidia, por ser rica, sana y sostenible.