'Todas las cosas que empiezan', en el Teatro de las Aguas en Madrid: un canto a la humanidad más pura
Juan Díaz Riquelme
El teatro, muchas veces, es simple entretenimiento; otras, además de entretener, hay un punto en el que te emociona. Pero hay tardes en las que entras en una pequeña sala sin saber lo que vas a ver y te encuentras con una joya capaz de derribar los escudos más profundos del alma, elevando desde las entrañas los sentimientos más puros y, muchas veces, más ocultos, con delicadeza y abrumadora verdad. Esto es todas las cosas que empiezan una obra que levanta el telón todos los domingos a las 18:30 horas en el Teatro de las Aguas en Madrid.
La pieza, escrita y dirigida por el joven dramaturgo, director y actor Marcos Arbex, cuenta la historia de cuatro chicos, cuatro vidas que se encuentran y, sin pretenderlo, se ayudan a crecer. Leonor, personaje al que da vida la brillante Paula Mori, es una chica cargada de empatía y muchas preguntas por resolver, pero con una luz que te atrapará desde el primer momento.
Adrián, interpretado por un excelente Jaime Bayo, es el fiel reflejo de todas esas buenas personas que se autodestruyen por no creerse merecedoras del amor que sus seres queridos les dan, a causa de la culpa, pero en el fondo solo buscan ser amados.
Diego, encarnado por un arrollador y carismático Daniel Vitallé, pone sobre las tablas la nobleza y entrega de una persona a la que la vida no se lo ha puesto fácil, pero cuando aparece alguien que le apoya, le da el cariño que nunca tuvo y le brinda una oportunidad, se lo agradecerá con actos y una entrega incondicional.
Por último, Marcos Arbex interpreta a Daniel con una sensibilidad extraordinaria. Este personaje pone luz sobre todos esos jóvenes incomprendidos que de la noche a la mañana se ven obligados a ser adultos y no saben cómo hacerlo.
Esta historia va directamente al núcleo del ser humano y, como tal, pone frente al espejo al público, que, casi con total seguridad, se verá reflejado en alguna escena, frase o momento de la obra. Aunque cruda, el humor, juega un papel fundamental para transmitir un mensaje de esperanza, empatía y hermandad.