Romain Fornell reabre las mejores vistas de Barcelona
Estela López
El local con la mejor panorámica sobre el mar y la capital catalana, cerrado por los estragos de la pandemia, ha resucitado de la mano del chef francés afincado en la ciudad.
Desde el ático del edificio Ocean de Barcelona, a una altura de una octava planta, el chef francés con una estrella Michelin Romain Fornell, afincado en la ciudad desde hace un cuarto de siglo, me señala un barco de pesca que entra en el Muelle del Reloj del puerto, rodeado de un grupo de gaviotas que revolotea a su alrededor. "Es señal de que trae pescado fresco", indica.
Estamos sentados en una mesa del nuevo restaurante Azul, cuyo nombre se inspira en el Mediterráneo y en el muelle de la Barceloneta que tiene a sus pies, de donde procede la mayoría del pescado y marisco que se cocina en el local, junto a capturas de otros puertos catalanes. La excepción son las ostras, que Fornell reconoce que importa de su país natal.
Azul recupera el local que ocupaba Blue Spot, el restaurante de En Compañía de Lobos inaugurado en 2018 en el que invirtieron Shakira y Gerard Piqué, pero que no sobrevivió a las restricciones de la pandemia. Son 1.200 metros cuadrados renovados y con vistas de 360 grados al mar y la capital catalana, de los que disfrutar tanto para comidas y cenas como para atardeceres y veladas nocturnas copa en mano (de vino o de cocktail) y disfrutando de música en directo.
Su carta se basa en la cocina mediterránea, y tiene como protagonistas al pescado y el marisco, pero también los arroces, ensaladas y carnes a la brasa. Todo de calidad, pero a precios competitivos. Simone Giorgiani es el responsable de ejecutar en los fogones el arte culinario de Fornell, y también son de destacar los postres de elaboración propia y la generosa carta de vinos, seleccionados por la sumiller ucraniana Yuliya Kolesnik, esposa de Fornell. Azul se suma a los restaurantes dirigidos por el chef galo desde su marca Goût Rouge: Caelis (con estrella Michelin), Casa Tejada, Tejada Mar, Rooftop Hola Barcelona, Café Turó, La Plassohla y Le Grand Café Rouge, cada uno con una inspiración culinaria y estilo propios. Además, el cocinero se encarga también de la dirección gastronómica de los tres restaurantes del hotel de lujo Hostal de La Gavina de S´Agaró, en la Costa Brava; del pool club del Hotel Atzavara de Santa Susanna (Barcelona), y de otros cuatro locales más.
Sin planes
Pese a la multitud de proyectos en los que está implicado, Fornell afirma que no tiene planes específicos para seguir haciendo crecer su grupo empresarial, si bien tampoco descarta nuevas aperturas "si surgen oportunidades", como la que le brindó en el caso de Azul el propietario del edificio y casero del restaurante, Thomas Meyer, fundador de la marca de moda Desigual.
"Soy bueno liderando equipos y creando ambientes", opina. En cualquier caso, Fornell asevera que no piensa moverse de Barcelona, donde está asentado con su familia, por lo que descarta abrir negocios en otras ciudades que le requieran alejarse de su hogar y complicar la conciliación laboral y personal. Así, quien quiera disfrutar de su cocina, de momento deberá estar en territorio catalán.
Su amor por la gastronomía catalana se percibe en su cocina, salpicada también de las influencias culinarias francesas. "Vine a Barcelona hace más de 20 años cuando en Francia ya tenía una estrella Michelin, pero allí era un cocinero más, y aquí era un cocinero diferente", relata.
En Azul se pueden degustar gambas de Palamós, ternera y buey de Girona, avellanas de Reus y atún rojo del Mediterráneo, pero también salsas, postres y licores franceses, así como anchoas del Cantábrico y pastel de queso al horno estilo vasco. No falta el plato de moda en los locales marineros: bogavante con patatas fritas y huevo frito, con un toque al ajillo, pero también hay propuestas con las que disfrutar con la vista -y por qué negarlo, con el postureo en las resdes sociales- además de con las papilas gustativas, con ejemplos como la escórpora frita con mayonesa de chipotle, o la tarta de queso Salvador Dalí, que reproduce la forma del famoso sofá con forma de labios rojos diseñado por el artista catalán. Tampoco defrauda el rodaballo a la brasa, de tamaño generoso y cortado en la mesa para compartir.