Estilo de Vida

Casa Sr Ito: la taberna japo-cañí que revoluciona Chamberí

  • La autenticidad caracteriza a este moderno bar de barrio en el que la frontera culinaria entre Japón y España queda desdibujada
Casa Sr Ito, la taberna japo-cañí

Informalia

Con las puertas abiertas de par en par, Casa Sr. Ito anima a todo aquel que pase por delante a adentrarse en una atmósfera única: mantiene la esencia de bar de toda la vida —punto de encuentro indispensable para socializar y conocer los entresijos del vecindario—, pero con una vuelta de tuerca que engancha desde el primer momento. Un universo donde se practica la españolización de Japón y la japonalización de España, o lo que  es lo mismo, donde se encuentran ambos países para dar como resultado una taberna japo-cañí. Desde hace un año, este local (calle Marqués de Riscal, 6) revoluciona la vida del barrio de Almagro, consolidándose como una parada culinaria obligatoria tanto para los ejecutivos que a mediodía llenan las calles, como para los vecinos y para los paladares más atrevidos, que encuentran en la cocina fusión de Casa Sr. Ito la excusa perfecta para viajar con un bocado al otro lado del planeta. La propuesta se centra en platos atrevidos de base japo que se enriquecen con un toque castizo y viceversa.  

Este espacio fusiona todo lo imaginable: desde el mobiliario, donde se alternan las mesas bajas y altas        —además de la barra—, hasta su decoración, que mezcla platos de cerámica castellana comprados en el Rastro de Madrid y otros orientales —en los que se aprecia la ancestral técnica del kintsugi— con murales y lámparas de cristal ochenteras, pasando por un hilo musical en el que suenan canciones de Sabina o María Jiménez. 

La propuesta se centra en platos atrevidos de base japo que se enriquecen con un toque castizo y viceversa

Una propuesta rompedora, cuyo artífice es Iban González, alma máter de este local y uno de los socios de Grupo Sr. Ito, el grupo de restauración también propietario de Asiak? —justo enfrente de esta taberna—, Sr. Ito y Sr. Ito Lab. González es el responsable del carácter particular, puro y auténtico de Casa Sr. Ito; una mezcla de ideas, conceptos y mucho corazón, que tiene como hilo conductor la magistral fusión de ambas cocinas llevada a cabo con mimo y detalle. Aunque funciona como bar, también es posible reservarlo en exclusiva para eventos especiales, de unas 30 personas, para los que se cierra el local y se elabora un menú especial. 

Espíritu tabernero

El carácter desenfadado de Casa Sr. Ito se aprecia desde su fachada: unos enormes ventanales funcionan como  escaparate y antesala de la magia que sucede en esta casa y que, ante todo, invitan a saborear la vida cada minuto. Aunque el nombre de este espacio, y de todo el grupo, rinde homenaje a un restaurante japonés en el que trabajó Iban —el señor Ito era el dueño—, en este pequeño y coqueto espacio resurge el carácter genuino de las tabernas más castizas. Roberto, al frente de la barra, llama a los más asiduos por su nombre de pila en una vuelta a ese trato cercano —casi como de familia— que tanto gusta y que rompe con la impersonalidad de las grandes urbes. Todo el equipo del local juega un papel fundamental para hacer que la experiencia en Casa Sr. Ito sea total de principio a fin. Esta taberna a la japonesa —de hecho, recuerda a una izakaya— apuesta por una cocina de producto como protagonista de una carta que va cambiando con las estaciones y que para esta primavera se refresca con elaboraciones más ligeras para sobrellevar las altas temperaturas capitalinas.  

Daniel Carmona es el chef de esta casa, con un estilo muy personal marcado por su estancia en algunos de los  lugares más señeros de la capital —estuvo 14 años en las cocinas del hotel Wellington—. Para Casa Sr. Ito, Carmona ha ideado bocados canallas y rompedores, donde las especias y los productos del país nipón se fusionan con grandes clásicos made in Spain.

La carta se divide en entrantes, baos, gyozas, platos principales y, por supuesto, sushi. Su gilda, de hamachi, encurtidos y katsuobushi —virutas de atún deshidratado y ahumado—; la croqueta de jamón, con velo de papada ibérica y shichimi fresco sobre crema de sésamo negro dulce; la zamburiña, con bilbaína de gochuraru y chip de alga nori; la ensaladilla, con centolla y sobrasada de mariscos flambeada; la sopa laksa, de carabineros con fideos udon y langostino a la brasa; el bao de calamares o la gyoza de cocido —estos últimos en alusión al recetario madrileño— son algunos de los imperdibles de esta taberna japo-cañí.

El toque dulce lo aportan el corte de helado, el mochi de chocolate yuzu y el flan, todos con la pincelada oriental.  Como en toda taberna, uno de los maridajes estrella será la cerveza, eso sí, japonesa; junto a ella el comensal encontrará una representación de vinos blancos, tintos, espumosos o vermut. Los más atrevidos pueden optar por alguno de los seis sakes que ofrecen por copas.