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El 'pueblo maldito' de Ochate: por qué es el plan perfecto para celebrar Halloween

    El pueblo en ruinas de Ochate se encuentra a 14 kilómetros de Vitoria.

    Informalia

    Se acerca Halloween, la noche más terrorífica del año y son muchas las localidades que preparan algún tipo de evento para celebrarlo, ya sea con un pasaje del terror, una fiesta de disfraces o un ciclo de películas de miedo. Los más entregados se las ingenian para decorar su casa hasta el último detalle para sorprender a los niños que tocarán el timbre con el célebre 'truco o trato'.

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    Pero hay más formas de conmemorar la víspera del Día de Todos los Santos. Los más intrépidos pueden aprovechar el puente para visitar aldeas abandonadas de la España más rural que esconden misterios. En este sentido, Ochate es uno de ellos. Su oscura historia en el pasado le ha hecho ganarse el sobrenombre de "pueblo maldito".

    Un ovni puso a Ochate en el mapa

    Situado en el condado de Treviño, al norte de la provincia de Burgos, a tan solo 14 kilómetros de Vitoria, se ubica este pueblo que en la actualidad está totalmente en ruinas. El último vestigio que queda del asentamiento es la solitaria torre de San Miguel, que fue construida en el siglo XVI. Ochate se despobló entre los años 1910 y 1930.

    La fama de pueblo maldito se debe a varios episodios de índole paranormal. El más famoso, quizás, es el supuesto avistamiento de un ovni el 24 de julio de 1981, según se recoge en la web de Ochate. En enero de 1982 el suceso salió en portada de la revista Mundo Desconocido con el titular OVNI en Treviño y la fotografía que hizo Prudencio Muguruza, un exempleado de banca vitoriano, de una extraña esfera luminosa en el cielo.

    Portada de la revista 'Mundo Desconocido' sobre el ovni.

    Ochate sufrió tres epidemias 

    La publicación siguió hablando de Ochate durante meses, aunque en este caso de las tres epidemias que acabaron con su población en apenas una década. La primera tuvo lugar en 1860 y fue causada por el tifus. La viruela llegó en 1864 y, finalmente, en 1870, la cólera acabó por matar a los supervivientes de las otras dos plagas. 

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    En su historia negra, Ochate ha vivido otros capítulos, como la extraña desaparición del párroco del pueblo en 1868. Todo esto, unido al avistamiento ovni, hizo que en la década de los ochenta, esta aldea en ruinas se llenara de curiosos. La cosa se fue de madre al convertir Ochate en un lugar de sesiones de espiritismo y güija. El último en colocar en el mapa a Ochate fue Iker Jiménez dando voz a testimonios de apariciones fantasmales en los alrededores y hablando de una misteriosa niebla que aparecía de la nada y envolvía al pueblo.